Ando en trance, leyendo On Beauty the Zadie Smith. Desde Amelie Nothcomb que no encontraba un escritor que me diera vuelta la cabeza así. Y mucho mas porque la historia es aquí cerquita, y habla del amor (oh esa estupida palabra) y de los negros y de la belleza y de temas que me andan rondando por la cabeza.
Ando preocupada, hace tres dias que me despierto a las horas más insólitas. Creo que el asunto de que en 5 dias me clavan una aguja finita en la barriga, asi, y me atraviesan todo el triperio, y llegan al saco del líquido amniótico, que me entero con sorpresa, está constituido por meo del bicho, me tiene cagada hasta las patas.
Trato de recordarme que yo fui la que un par de decadas atras en el tiempo se agujereó las orejas, y la ceja, con una aguja de coser. Si, claro, pero una cosa es piel y cartilago, y otra muy otra es andar jodiendolo al bicho, que anda tan contento, nadando en su pileta de meo. Y mi tripa.
Pero puede ser que esté mezclado con el, sorry I have to switch, mourning my childhood. 37 años tengo, pero la perspectiva que se acabó, que voy a tener responsabilidades, que no voy a poder, ponele, pasarme la mañana haciendo boludeces y llegar al trabajo al mediodia y todas esas cosas.
Haciendo el duelo de mi niñez, eso, me gustó. Eso me pasa.
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