Vino MM. Lo fuimos a buscar en la catramina, que nos sigue llevando de aquí para allá. L y Pepe durmieron todo el camino y llegué en un periquete al aeropuerto, que esta vez estaba vacío, tal vez porque era 25.
Nos estamos reajustando. Tenemos ganas de estar juntos, pero tambien de estar solos. O tal vez soy yo la que tengo ganas de estar sola, porque si hay algo que no puedo, como sola responsable de dos crios, y con Pepe siempre conmigo es estar sola.
Fui dos veces a caminar sola, mi caminata usual, pero sola (nótese que uso la palabra caminar en vez de la tan ampulosa escalar). Pensé que sin los 6 kilos de Pepe (y si, pesa 6 kilos y 45 gramos, y hoy cumple dos meses) iba a volar, pero no, casi que lo extrañe un poco. Lo que hice si, fué hacer una investigación en unos senderos que no hago porque son medio peligrosos. Y si, los sentí peligrosos. No puedo creer que hacía esos senderos casi corriendo y saltando, 10 años atrás. Pero es así el miedo, como las primeras veces que hice con la catramina la parte montañosa y me morí de miedo hasta que lo hice una 10 veces y la última vez que la hice me di cuenta que habia llegado a la curva final en forma totalmente automática.
Entonces cual es el mecanismo? La repetición borra el miedo? Inclusive el miedo saludable?
Lo curioso de esos senderos es como vuelven a mi. Como me voy acordando, ahora viene este escalón, ahora viene este pasadizo de miedo, ahora esta gran roca. Hay una parte del sendero, en bajada, es una curva, es angosto, es inclinado y el precipicio es respetable. Esa parte del sendero rodea una roca. Creo que siempre he tenido (inclusive hace 10 años) la tentación de bajar esa parte arrastrando el culo en el polvo, y también la duda de si agarrarse a la roca o no. Es una roca enorme, redonda, de unos dos metros de diámetro. Y la pregunta siempre aparece, (a no ser que la repetición borre el miedo), usarla de ancla o desconfiar de su establidad? Creo que siempre la termino usando de ancla. Entonces cuando di ese pequeño saltito y pude aferrarme a la gran roca, mi cerebro retrotrajo de su storage secreto paseos del pasado. Esto yo ya lo hice. Yo esta gratitud, esta emoción, ya la sentí.
Entendí también el poder del riesgo. Ese momento en que uno teme por la vida uno resetea el cerebro. Cualquier pensamiento en loop que esté ahi molestando se apaga, borrón y cuenta nueva. O force quit and restart.
Ayer fuimos MM y yo a la playa, surf business. Fuímos a visitar el lugar donde llegué a Israel por primera vez hace tantos años. Raro. Subimos en el auto la primera subida en donde me empecé a entrenar con la bici en subidas (andaba mucho en bici en la pampa, pero las subidas empinadas no son fáciles de encontrar en la pampa).
Y esto me hace acordar a algo que pensé estos días. Creo que el que lee este blog piensa que soy re deportista y nada más alejado de la realidad creo yo. En primer lugar no soy buena en ningún deporte (pero me gustaría). No se jugar ningún deporte grupal y tuve una experiencia traumática con ellos en la secundaria. Creo que hubiese sido buena en los deportes si hubiese recibido entrenamiento en la edad adecuada, supongo entonces qeu es una cuenta pendiente. A mi lo que me gusta del deporte es la satla, el resultado mental.
Despues del surf nos volvimos usando otra ruta, una ruta que solia transitar también hace 8 años. Es una ruta de ensueño, especialmente ahora, después de las lluvias. Los campos verdes pristinos, rolling hills le dicen en inglés, y es una descripción muy buena. Como van rodando las ondulaciones del terreno, ondulan y ruedan, una tras otra hacia el infinito. En un trecho del camino se avista Gaza. Entonces el contraste es tan raro, el paisaje pristino, el renacer despues de las primeras lluvias y atras, la ciudad invisible, atrapada entre el mar y el muro de alambre. El olor a primavera y el olor a guerra.
Después el paisaje se transforma en un paisaje de arena.
Hay una base militar enorme. Aprovechan los grandes arenales para practicar tiro y para instruir a los soldados en como manejar las máquinas de guerra en la arena.
Tambien hay un campo de avestruces. Un dia le voy a sacar una foto. Es muy raro un campo de avestruces. Es como un campo de vacas solo que en vez de vacas tienen avestruces, supongo que para esportar. Ni siquiera se si es la carne de avestruz es kosher, supongo que si.
Despues nos quedamos varados atras de un convoy del ejército que iban a 40. Es raro como el ejército está enhebrado en la vida de los israelies (ademas de enhebrarles 3 años de la vida). Nosotros teníamos que llegar a tiempo para sacarla a L del jardín, no teníamos tiempo para ir a 40.
Después hubo degustación de mis aceitunas y fuimos a prender las velas de hanukka a la casa de unos amigos.
Lo bueno de hanukka es que como son 8 dias, es como una navidad en cuotas.
La gente habla bien de mis aceitunas. Yo siempre desconfío de la veracidad de la gente. A mi me gustan, pero el hecho de tener tantas me perturba.
Nos estamos reajustando. Tenemos ganas de estar juntos, pero tambien de estar solos. O tal vez soy yo la que tengo ganas de estar sola, porque si hay algo que no puedo, como sola responsable de dos crios, y con Pepe siempre conmigo es estar sola.
Fui dos veces a caminar sola, mi caminata usual, pero sola (nótese que uso la palabra caminar en vez de la tan ampulosa escalar). Pensé que sin los 6 kilos de Pepe (y si, pesa 6 kilos y 45 gramos, y hoy cumple dos meses) iba a volar, pero no, casi que lo extrañe un poco. Lo que hice si, fué hacer una investigación en unos senderos que no hago porque son medio peligrosos. Y si, los sentí peligrosos. No puedo creer que hacía esos senderos casi corriendo y saltando, 10 años atrás. Pero es así el miedo, como las primeras veces que hice con la catramina la parte montañosa y me morí de miedo hasta que lo hice una 10 veces y la última vez que la hice me di cuenta que habia llegado a la curva final en forma totalmente automática.
Entonces cual es el mecanismo? La repetición borra el miedo? Inclusive el miedo saludable?
Lo curioso de esos senderos es como vuelven a mi. Como me voy acordando, ahora viene este escalón, ahora viene este pasadizo de miedo, ahora esta gran roca. Hay una parte del sendero, en bajada, es una curva, es angosto, es inclinado y el precipicio es respetable. Esa parte del sendero rodea una roca. Creo que siempre he tenido (inclusive hace 10 años) la tentación de bajar esa parte arrastrando el culo en el polvo, y también la duda de si agarrarse a la roca o no. Es una roca enorme, redonda, de unos dos metros de diámetro. Y la pregunta siempre aparece, (a no ser que la repetición borre el miedo), usarla de ancla o desconfiar de su establidad? Creo que siempre la termino usando de ancla. Entonces cuando di ese pequeño saltito y pude aferrarme a la gran roca, mi cerebro retrotrajo de su storage secreto paseos del pasado. Esto yo ya lo hice. Yo esta gratitud, esta emoción, ya la sentí.
Entendí también el poder del riesgo. Ese momento en que uno teme por la vida uno resetea el cerebro. Cualquier pensamiento en loop que esté ahi molestando se apaga, borrón y cuenta nueva. O force quit and restart.
Ayer fuimos MM y yo a la playa, surf business. Fuímos a visitar el lugar donde llegué a Israel por primera vez hace tantos años. Raro. Subimos en el auto la primera subida en donde me empecé a entrenar con la bici en subidas (andaba mucho en bici en la pampa, pero las subidas empinadas no son fáciles de encontrar en la pampa).
Y esto me hace acordar a algo que pensé estos días. Creo que el que lee este blog piensa que soy re deportista y nada más alejado de la realidad creo yo. En primer lugar no soy buena en ningún deporte (pero me gustaría). No se jugar ningún deporte grupal y tuve una experiencia traumática con ellos en la secundaria. Creo que hubiese sido buena en los deportes si hubiese recibido entrenamiento en la edad adecuada, supongo entonces qeu es una cuenta pendiente. A mi lo que me gusta del deporte es la satla, el resultado mental.
Despues del surf nos volvimos usando otra ruta, una ruta que solia transitar también hace 8 años. Es una ruta de ensueño, especialmente ahora, después de las lluvias. Los campos verdes pristinos, rolling hills le dicen en inglés, y es una descripción muy buena. Como van rodando las ondulaciones del terreno, ondulan y ruedan, una tras otra hacia el infinito. En un trecho del camino se avista Gaza. Entonces el contraste es tan raro, el paisaje pristino, el renacer despues de las primeras lluvias y atras, la ciudad invisible, atrapada entre el mar y el muro de alambre. El olor a primavera y el olor a guerra.
Después el paisaje se transforma en un paisaje de arena.
Hay una base militar enorme. Aprovechan los grandes arenales para practicar tiro y para instruir a los soldados en como manejar las máquinas de guerra en la arena.
Tambien hay un campo de avestruces. Un dia le voy a sacar una foto. Es muy raro un campo de avestruces. Es como un campo de vacas solo que en vez de vacas tienen avestruces, supongo que para esportar. Ni siquiera se si es la carne de avestruz es kosher, supongo que si.
Despues nos quedamos varados atras de un convoy del ejército que iban a 40. Es raro como el ejército está enhebrado en la vida de los israelies (ademas de enhebrarles 3 años de la vida). Nosotros teníamos que llegar a tiempo para sacarla a L del jardín, no teníamos tiempo para ir a 40.
Después hubo degustación de mis aceitunas y fuimos a prender las velas de hanukka a la casa de unos amigos.
Lo bueno de hanukka es que como son 8 dias, es como una navidad en cuotas.
La gente habla bien de mis aceitunas. Yo siempre desconfío de la veracidad de la gente. A mi me gustan, pero el hecho de tener tantas me perturba.
4 comments:
pero qué cantidad de aceitunas tenés, que llegan a pertubarte?
amo estas caminatas. me encantaría conocer el desierto, debe ser increible, no? creo que el miedo antes y después de tener hijos es diferente. antes de tener hijos debes tener menos miedo para algunas cosas, capaz no te da miedo poner en riesgo tu vida, pero después de tener hijos tambien se dice que perdés un poco el miedo, el miedo a lo que piensen los demás, o a hacer cosas dificiles, el miedo a trabajar mucho, jaja
Que ricas son las aceitunas; me encantan las tostadas untadas de pasta de aceituna, preparada al estilo mediterráneo.
Y que lindo es caminar rodeado de naturaleza (me viene a la cabeza las caminatas de 10-12 horas que haciamos con marido por los Parques Nacionales del sur, rodeados de silencio y belleza; higiene mental!).
Phoebe
me llamavan de intrépida; después que nació mi hijo, tengo miedos que antes no tenía. Obviamente la maternidad nos deja más prudentes. saludos
stella
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