Monday, February 18, 2008

hogar dulce hogar

Sábado a la mañana y mi humor es algo negro y viscoso y asqueroso. Yo me siento en el bar de la cocina y trato de entender que mierda me pasa. En unas horas voy a ir a laburar, porque asi gano un dia para mis vacaciones maravillosas. Los pasajes están ahí, a mano, y yo tengo muchas ganas de tirar el mio por el inodoro.

MM se levanta y se sienta en el living y me mira. ME MIRA. Vos explicame. Yo me pongo muy nerviosa.

MM me pregunta si quiero ver la casa. Que casa? A si, cierto. Compramos una casa. No digo, no quiero. Yo quiero desaparecer, evaporarme. MM se enoja. Que nada me importa, que no me importan sus proyectos. Yo le digo que estoy cansada, agotada, que ademas cuando trate de involucrarme me saco cagando y que bueno que es SU proyecto, y que ademas la casa es un negocio, una inversión y lo que yo quiero es volar de Boston y no volver.

MM se va.

Yo la llamo a una amiga en Israel, al borde de las lágrimas, una angustia que crece y me llena el corazón de una sustancia viscosa y negra. Me hace bien hablar con Aviva, otra persona baño. Pienso que me siento mejor.

Mientras estoy hablando MM entra, y deposita paquetitos en el bar con una mirada que no puedo interpretar. Abre los paquetitos: una tarteleta de queso, un cupcake con crema y un corazon de San Valentin y una trufa de chocolate.

Yo creo que fue la cupcake. Yo no puedo creer que me casé con alguien que me trae cupcakes con corazones. Decime, yo tengo cara de que me gustan las cupcakes? O que tengo cara de que me gustan los corazones ? O que tengo cara que puedo ser aplacada con regalitos?

Discutimos. Del viaje. O de algo.

Curiosamente lo que salió volando por los aires y se estrelló contra la pared fue la tarteleta de queso. La sensación fue sensacional. Recomendable. La masa que se deforma en la mano, como plastilina, la parábola perfecta, el ruido sordo. Acto seguido agarré las llaves del auto y en 3 minutos estaba a 5 millas. Me pase el dia sin comer y pensando en la tarteleta de queso. (Que son ricas)

Al otro dia nos reconciliamos. MM dice que eso de andar limpiado comida de las paredes ya está convirtiéndose en rutina.

1 comment:

Anonymous said...

"Sigo encantadora" es una gran etiqueta.
La sensación de la comida en las paredes es muy buena, pacificadora con el mundo, pero los platos no son nada mal tampoco, eh?

Saludos

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