Entonces le cosí a Pepe dos camisas. Durante tres días se opuso a ponérselas, era obvio. Le cosí camisas porque le transformé unas camisas de MM para el, reusando varias partes. Al cuarto día se acostumbró, inclusive creo que le gustó. Quería llevar un autito al jardín pero no tenía bolsillos. Yo le decía ponete el buzo que tiene bolsillo (tenemos una lucha continuada, anda con una remera (o camisa) en pleno invierno, no quiere ponerse buzo). No quiso. Bueno, fijate que tenés el bolsillito ese en la pechera. Y ahí se puso muy contento. MM revoleava los ojos con todas esta negociaciones. No es tu muñeca me decía. Bueno, si, seguro. Pero en este momento o se pone esas camisas o anda con una remera que le queda por la mitad del pecho, y además fuí y le compré. 4 remeras y dos buzos, en cualquier momento llegan. También le cosí un pantalon medio ajustado de corderoy negro, que le queda espectacular. A Pepe le gusta el negro, y a mi me encantan los nenes de negro, así que en eso tuve suerte. Me gustan el negro para los chicos por las manchas, además de que me gusta como el negro los define, les da un marco. Pepe parece ser un nene bastante alto, mas de lo que uno esperaría de un hijo nuestro. Bueno, también el hecho de que sea pelirrojo es bien sorprendente.
Ultimamente los chicos me están ayudando a la hora de la cena. Lulu y Pepe levantan la mesa, me van trayendo las cosas mientras yo lavo con los últimos vestigios de energía que me quedan. Lulu se quejaba al principio pero ultimamente lo hace con mas gusto. Creo que ahora que Pepe también ayuda algo cambió. Ayer pasó algo sorprendente. Lulu me pidió una tijera y se fué a la pieza. Fui a mirar y le estaba fabricando un reloj de Ben 10 a Pepe. Es como que son amigos. Creo que la combinación del invierno, que los obliga a estar juntos, y el hecho de que Pepe está mucho mas civilizado, está haciendo algún efecto.
También he notado que las cenas han mejorado notablemente. Nos sentamos y comemos y charlamos, bastante ejemplares. Ayuda mucho que Pepe y yo compartimos ciertos gustos. Le gustan las milanesas de pollo, la zanahoria rallada, la sopa de verduras y el coliflor al horno. A Lulu el arroz y los fideos con parmesano. Así que mas o menos todos los días tenemos esas cosas, aunque a Lulu no le gusta cuando el arroz está recalentado, es increible. Por supuesto no se queja, sencillamente come tres cucharadas.
Ayer le explicaba a Lulu sobre las pilas, que algunas son tóxicas, y como si se tiran sin cuidados pueden contaminar el agua. Se angustió tanto que me pidió que la abrazase y se puso a llorar. Cuando da estas muestras de exceso de sensibilidad me digo -zas, primera muestra de la bipolaridad-
El otro día me confundí, y la fuí a buscar al lugar equivocado. Los lunes ella va a una clase de arte y luego se va a casa donde nos encontramos. Yo estaba con Pepe y una amiguita, o sea que no podía ponerlos arriba de la bici y me preocupaba que Lulu estuviese en casa sola tanto tiempo (mas de 10 minutos, eso es lo que uno tarda caminando) Cuando llegué me la crucé en el camino, estaba yendo a lo de la abuela. En casa me había dejado un mensaje larguísmo y totalmente incomprensible. Decía así
Soy Lulu. Yo quiero que pongas la lechuza en el horno (y había una flecha indicando la lechuza de arcilla). Estoy en lo de la abuela.
El problema era que al final se había cansado y faltaban letras, además de que obviamente hay miles de faltas de ortografía, y eso combinado con mi propia ignorancia. Me imagino tratando de descifrar el mensaje sin saber donde estaba y me muero.
Un poco le preocupa la muerte. Yo a veces le digo cosas como -Bueno, si te moris te moris, que problema hay?- (Me refiero que el que se muere deja de tener problemas) No se si es la mejor respuesta. Debe ser horrible ser sensible y tener una madre como yo, que no conoce de angustias, o que las tiene escondidas a la perfección, no se muy bien como es el asunto.
1 comment:
yo de chica le tenia pavor a la muerte, mi mama me hizo leer la muerte de Ivan Ilich y me sirvió. tenia 10, 11 años, eso si.
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