Ayer Lulu no tenía clase por Purim. La dejé sola, con la masa de unas galletitas. La idea era que ella la estirase y la cortase y al mediodía la pusieramos al horno, en mi lunch break, pero luego de una hora me llama para preguntarme como se usa el horno. Pensé en lo peor que podría pasar y me pareció que lo peor que podría pasar era que se quemase, y no mucho, porque con el horno eléctrico uno se quema solo con las fuentes, no es agua o aceite que hierve, y le expliqué por teléfono. El horno que tenemos es super complicado, pero logró prenderlo, pero pobre Lulu, se le quemaron las galletitas, de una manera que mas que galletitas eso era arte. Quedamos que de ahora en mas necesita timer. Las dos somos las chicas del timer. Así que ayer Lulu aprendió un montón de cosas: como usar el horno y que es una chica timer. A las tres tenía hora en con la terapeuta. La llamé como habíamos quedado para que viniese al trabajo y de ahí íbamos juntas. Me dijo que la esperase abajo porque ella le tiene fobia a las puertas, y una vez se quedó trabada con una de las puertas del trabajo. Es raro lo de la fobia a las puertas, porque MM también tiene una cosa con las puertas, sino no se explica que todas las casas que diseña carecen de puertas. Un día me voy a explayar pero por el momento el único ejemplo que voy a dar es que en esta casa hay una sola puerta y es la del baño y tuve que insistir mucho para que fuese creada, antes del cumple de Lulu el año pasado. Es una puerta corrediza que no tiene traba. Las visitas siempre se ponen nerviosas, creo que cagar en esta casa es un ejercicio. Una lección de vida y un potty training. Lo mejor es avisar, como Pepe me avisa, me dice - Mama, tengo caca- Lo recomiendo, es muy liberador. Acá en Israel se usa mucho avisar que uno va a mear, especialmente entre las mujeres, con la caca es otra cosa, la caca es tabú. Que cosa que siempre me resulta rara, la caca y la menstruación son tabú. El pis no, a cojer uno mas o menos avisa. Pero sigo. Por supuesto en el momento en que me disponía a bajar a esperarla afuera se apareció mi hija, en full Lulu attire: un buzo que hace tres años usa todos los inviernos, con la capucha puesta, shorts de varón y descalza. Un africano que trabaja en el laboratorio y que tiene la curiosa costumbre de hablar consigo mismo en voz alta y sin ninguna inhibición dijo cuando la vio -cute- pero con un tono que no era de cute, porque Lulu es hermosa, pero no muy cute, tiene una cosa salvaje. Es raro ver a los hijos de uno con los ojos de los otros. En fin, no está muy aceptado que la gente ande descalza en los corredores de mi trabajo, porque como trabajamos con sustancias peligrosas y se supone que a veces se nos caen en los corredores, pero bueno, es una batalla que no voy a luchar mas, mis dos hijos andan descalzos todo el tiempo que no están en la escuela, sea invierno o verano. Fuimos a la terapeuta, que atiende en una choza que se hizo en el jardín. Bueno, no es una choza, es una estructura de madera, como una casita en un arbol pero sin el arbol. Es todo bastante mágico. Me alegro mucho que Lulu esté haciendo terapia y cuando le pregunté si le había gustado me dijo que si, y cuando le pregunté que hicieron, me dijo que jugaron.
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