Friday, July 08, 2016

Ayer me freí bajo el sol del desierto

Ayer cumplí un sueño que tenía hace mucho, que era ir a Shivta en la bici. Es bastante lejos, son como 50 km ida y vuelta, y nunca me atreví a ir sola. No tengo el mejor sentido de la orientación la verdad. Pero mis amigas son todas medio batatas, pero un día vi a una chica en el laboratorio, que me cae bien, andando en bici, y me pareció que era una ciclista. Es curioso como uno pude ver a simple vista si la persona anda en bici de su casa al supermercado y  punto o si tiene la capacidad de hacer 50 km en la montaña. Es como que hay un lenguaje entre la persona y la bici, una relación. Están los que montan la bici dominándola y están los que montan la bici y no se sabe bien quien domina a quien. En fin, estoy eufórica. Nos perdimos un montón de veces, yo me asé los brazos (ayer me tuve que poner repasadores mojados en agua fria para bajar la temperatura), tardamos un montón, pero llegamos a destino y no tuvimos que pedir rescate. Hace mucho que quiero hacer esto porque me parece que es la forma ideal de visitar a mi amiga abeja. Ella no tiene tiempo para amigas y yo tampoco, es una nueva modalidad de vida a la que hemos entrado. Ella tiene un proyecto de mejorar el mundo con un rabi, algo muy de locos, una especie de culto, yo también, yo quiero mejorar el mundo con la costura. Para que yo decida pasar tiempo con alguien, 100%, tiene que ser un alguien 100%. Y son muy difíciles de encontrar. Mucha gente me aburre, no tienen ideas nuevas, tampoco parecen interesarles demasiado las mias. En fin, pero si voy en bici a visitarla a la amiga Abeja, y solo me concede un rato para tomar café (siempre me quiere arrastrar a sus cult meetings y yo lo hacía cuando andaba siempre a la rastra con los bebés, porque de cualquier manera hacer otra cosa era imposible, y de cualquier manera siempre estaba semi aburrida, con el aburrimiento particular que producen los bebes, (que es un aburrimiento simpático, lo reconozco), yo ya me gané mi viaje en bici por el desierto. 

Además no hay nada mejor que perderse en el desierto con 40 grados y un sol que raja la tierra y una cantidad limitada de agua como para avivarse un poco y empezar a recordar un poco los landmarks, que son muy sutiles. 

Estoy mejor creo, esta semana fué buena. Corro como una loca, pero porque quiero, porque quiero coser. La casa de repente se transformó en un lugar OK. Desde que llegamos le hemos hecho varias cosas. A llegado a un estado que, a pesar de su inconclusividad, es agradable. 

Aparentemente se ha producido un cambio abismal en la vida: los niños duermen en su pieza y nosotros en la nuestra, que además queda lejísimo. Es raro, pero creo que las cosas estaban preparadas. Esto abre todo un abanico de posibilidades en la casa, su pieza ahora puede contener todo su mundo, y abre tal vez la posibilidad de empezar otra vez a crear un living. Aunque la lista de cosas para hace es tan extensa que creo que el living está bien abajo en la lista.

1 comment:

Ashiku said...

A mi siempre me da un poco de risa cómo contás las cosas, jajaj!!! Terrible la bicicleteada y esa sensación de que no todo está bajo control, que hay un riesgo de achicharramiento en la cosa bastante poco común y poco civilizado. Adrenalina para recargar las pilas.

La casa interminable

Estoy abrumada. Harta. Y cuando trato de explicar la situación a mis amigas las canso, no logran comprender. Hablo de la casa, la casita, na...