Resulta que el bello durmiente ese de las fotos anda siempre armado, esta vez con unas estaquitas de plástico de esas que se usan para que la carpa no se te vuele, y con una de esas hizo un agujero en la hamaca. La hamaca, hay que reconocer, estaba en las últimas. Unos días después me caí al suelo mientras la hamaca se hacía jirones. Así que no me quedó otra y en vez de coserme pantalones me cosí una hamaca, que me queda bastante bien, y al destructor de ellas, mucho mejor.
1 comment:
Que bueno que siempre le encuentres siempre la vuelta.
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