Ayer quise escribir todo el dia que el miercoles y ayer fui feliz. La felicidad del miercoles incluyo unas cuantas cosas, pero entre ellas dos cucuruchos, uno para L y otro para mi (el mio de frutilla con rubarbo), plaza, conversaciones variadas con extranios amorosos, como el abuelo de Belorusia que me hablaba en ruso y la madre que le hablaba al chico en espaniol con terrible acento americano.
Tambien incluyo una parte espectacular en donde yo la llevaba a L. en los hombros (imaginen la escena, tanque embarazado en ojotas con nena de 3 sobre los hombros, pero es que es la mejor manera de llegar a algun lado mas o menos rapido cuando no hay cochecito) y a ella le agarro un ataque poruqe queria ir al cafe donde siempre vamos a comer bagels. Yo no le entendi, y ademas iba embalada con la idea de hacer las compras con la ultima cuota de energia que me quedaba. Entonces, para expresar su desacuerdo, L. me empezo a tirar de los pelos y a pegar, pero yo seguia como si tal cosa, nunca me ha dolido mucho que me tiren del pelo.
Los tantrums, llegue a la conclusion, son dolorosos para todos, pero mas dolorosos son cuando suceden en publico porque el progenitor tiene que bancarse la critica social. Igual yo critica social menefrega las pelotas. Llege al supermercado con el monstruo embravecido sobre los hombros y ahi nos comimos y tomamos las muestras gratis de limonada y corn chips organicos y aqui no ha pasado nada. Hicimos las compras, las pusimos en la heladera y ahi le entregue la responsabilidad al padre y yo me fui a leer 2666.
Pero cada tanto me vuelve la imagen del tanque embarazado avanzando inmutable con la chica entantrumizada tirandole de los pelos y me da risa.
Despues queria dejar sentado esto otro: Pepe me queda comodo, comodisimo. Sere un tanque, pero mientras no me pidas subir escaleras o esas cosas, yo y Pepe estamos en armonia, por el momento.
No comments:
Post a Comment