Llueve y el otonio esta en todo su esplendor. Despues de la clase de musica, del capuchino espectacular, de la ensaladita de frutas secas y nueces, del muffin de limon y gengibre (creanme, si tuviese amigos no me quejaria, la base la tengo) la pasee a Lulu por el barrio en el coche, para dormirla. Se desperto apenas la quise pasar del coche a la cama, pero me acorde de algo que queria contar.
El otonio aqui es de una belleza alucinante. Y mi barrio tambien. Es dificil apreciarla porque no es un barrio feliz. Los parques estan vacios, la gente no anda en la calle, hay un solo cafe y no es gran cosa. Pero es un barrio bellisimo, con arboles gigantes, parque hermosos, casas antiguas e imponentes, y en el otonio, con todo este estallido de rojos y amarillos, well, it's something. Pero yo no logro emocionarme con la belleza otonial. Veo un arbusto rojo, parece un fuego, algo increible, un estallido loco de color y yo pienso -En un par de meses: nieve y toda la bola del invierno- No se como hacer para cambiar esto, es una pena.
Ahora que parece que soy una eficiente laburadora, me tendria que premiar y comprarme una camara. Por dios que me amarreteo las cosas. Mi padre nos hacia ganar todo con esfuerzo, y yo ahora me lo hago solita. Es increible.
2 comments:
sí, comprate. yo te recomiendo una buenísima y muy baratita, si querés.
sì, incredibile. compratila, cara wanda!
des.
Post a Comment