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Al final el sabado me lo pase en estado semicatatonico mirando House. (MM me pregunto-Te gusta House?- Si, me gusta House porque es como drograrse: no risk. Mantiene el interes sin ser interesante en absoluto. The Wire y The Sopranos mantenian el interes y eran mejores pero me hacian pensar y, mucho peor, me dejaban en un estado de angustia que ahora no me puedo permitir). Hasta me permiti declinar invitaciones para salir con amigos.

 

A la tarde MM se sumo a la siesta y Lulu se desmayo, tanto, que eran las 7 y seguia palmada. Yo me fui a andar en bici una hora y despues me encontre con MM y Lulu en una plaza (vacia, obvio, los bebes no van a las plazas a las 8 de la noche) y nos fuimos a comer a un lugar copado. Senti que era la primera vez que estabamos en ese momento clasico de la familia en el restaurant. MM rescato de su memoria otras veces, pero ciertamente son escasas.

 

El domingo brunch con amigos, paseamos los tres en el auto y despues me encontre con una mama y su crio en un parque con juegos de agua y cuando volvia me paso algo horrible, vi un choque, nos podria haber pasado a nosotras.

 

Queria escribir sobre la mama y su crio y yo, temita complicado, pero mi cerebro volvio, asi mejor que lo use para ganar dinero.

 

Pero quiero dejar registrado esta epifania que tuve el fin de semana: muchas veces me amargo porque con la plata gastada en el rancho (aunque mucha fue gastada para mantener a flote la compania de MM) podriamos haber comprado una casita en algun lugar menos problematico y, lo mas importante, terminada. Lo que se me escapo es que la casa, por ese dinero, muy linda no seria. Y la nuestra, el dia que este terminada, va a ser linda. Bueno, me consolo esa epifania, y la verdad es que me estoy acostumbrando al rancho situation.