la remerita polo

El sábado me fuí a comprar remeras para el laburo. Lo de planchar no da, lo de mandar al lavadero tampoco. No se, dame unos años mas de burguesita. Todavía creo que uno debe limpiarse el culo, la casa y las camisas. Ridículo prejuicio proletario si me piden mi humilde opinión. Pero bueno, me fuí a comprar remeritas polo. Mi objetivo es tener 5, uno para cada dia de la semana. GAP, nada. Patagonia, nada. H and M, nada. Benetton, nada. American Apparel, nada. Al final se me encendió la lamparita, me acordé del cheto argentino con la remerita polo con la poronguita en la teta. Lacoste!!!!! Por supuesto, allá vamos.
75 bucks man, 75.
Están muy mal de la cabeza en mi humilde opinión. Y claro, ahora empiezo a entender un poco. Los chetos de aqui, que la verdad se parecen mucho al cheto argentino: una cierta fragilidad, pero no la fragilidad de una pieza delicada y única, una cierta fragilidad de cosa mal soldada, ese aire de ropa linda que no sobrevivirá el primer lavado. Y el cuellito del polo levantado, como esos detectives de las películas de los 50, solo que el polo es color pastel, que va bien con el tono dorado de la piel. Claro, man, ahora entiendo, se gastaron 75 morlacos en la remerita polo, con razón se levantan el cuellito.
Igual me compré una azul, por 45, se llama Le Tigre, y ya mismo me baño y me pongo la remera y me levanto el cuellito y me voy.