Thursday, August 30, 2018

las vacaciones

Interrumpo mi clase de tipeado en hebreo para escribir un poco de mi vida: la vida es buena, y escribo esto y temo que se derrumbe el cielo sobre mi cabeza. Una serie de ancestros me grita: se dice la vida es buena y así como se dice se termina. Bueno che, no será para tanto. La cuestión es que aquí estoy, de vacaciones hace ya mil años.

Fuimos a Tel Aviv, al departamento alucinante de mi amiga que se fué a Praga y me lo dejó. Como amo ese departamento, haces dos cuadras al oeste y te metés al mar, hacés dos cuadras al este y te metés en el mejor restaurante vegano de Tel Aviv. No es que sea vegana, pero me gusta mucho la comida vegana, y en general es comida muy liviana, que es lo que mi avanzada edad me permite digerir. Nosotros le prestamos a su vez la casa a unos amigos de Tel Aviv y uno de ellos me comentó que había tenido también problemas digestivos de los que me aquejan (si, empecemos por los problemas, luego sigamos con lo bueno) y que había ido a un acupunturista. Es caro pero como justo estaba en Tel Aviv, y justo había un turno, decidí ir. Un tratamiento en Tel Aviv me resulta mucho mas atractivo que un tratamiento en Beer Sheva. Así que fuí y lo que me dijo es que no tengo nada mas que una intolerancia al azucar. Justo antes de ir al acupunturista había dejado el azucar, incluyendo las frutas. Me dijo que mi sistema digestivo no es eficiente, y que se puede arreglar con unos polvos y acupuntura. La acupuntura en si me encantó, además fue con moxa, que es cuando prenden fuego las agujas, como si fuera un incienso. Me siento mejor, pero en realidad creo que mas que nada es por el azucar (igual ayer me comí un durazno y una goji) y porque estoy tratando de mantener las porciones chicas, porque ahora que entendí que no es que tengo una sensitividad a un alimento en particular, sino que todo me cae mal, porque el sistema en si está jodido, llegué a la conclusión de que la clave es comer poco. 

En Tel Aviv no hicimos mucho mas que ir al mar y al Luna Park. Nunca hacemos cosas los cuatro, y en esta familia particular se estila que cada uno hace lo que quiere sin joder al otro, pero supongo que está bien una vez por año jugar a la familia tipo. Pepe fué el que mas se quejó. El mar un poco lo amedrenta. No el mar en si, sino los gritos del salvavidas. Está convencido que le gritaban a el. Al final fuimos a una playa sin salvavidas que hay al lado de nuestra playa, pero un poco me da miedo. Hay mucha ola a veces en Tel Aviv. Tomamos clases de surf con MM y me puse a pensar si no tendría que adoptar el surf, y hacerle gamba en su ridícula obsesión de hacer surf viviendo en el desierto. A mi el mar un cacho me aburre, aunque la verdad es que un día me quedé bastante tiempo leyendo en la playa (en realidad me quedé observando la gente). Pero cuando entro a mar un tanto me aburro. MM le compró a los chicos un bodyboard, al que no le dan pelota, y yo me entretuve tratando de pescar olas, y así el mar es mucho mas interesante. Uno observa cada ola y la evalúa. Es choppy? Todas viene en la misma dirección? Es toda una ciencia y el tiempo pasa entre una ola perfecta y la otra. O sea, soy una persona que si no tiene un propósito en la vida no está tranquila. 

Creo que Pepe es como yo, le gusta estár en lugares que conoce. Lulu por otro lado lee, así que estaba contenta leyendo, yendo un poco al mar y a comprarse un helado en una heladería muy linda que hay a una cuadras. También andubo un poco sola. MM trabajó mucho, si, en las vacaciones. Pero igual estuvo bien. Yo me leí un libro completo. No sucedía hace muchos años, leerme un libraco de pe a pa, en tres dias. Que lindo.

Ahora estoy un poco angustiada, creo que porque tengo muchas telas y proyectos y no se que hacer primero, y porque tengo que decidir si dar clases este año o no.

Lulu se acaba de reencontrar con una de sus amigas y hace 3 dias que están juntas, durmiendo y todo, mientras Pepe se muere de celos de esa amistad apasionada. En eso creo que los dos niños son como yo, amantes de la amistad apasionada. O tal vez es al revés, yo soy como todos lo niños, amante de la amistad apasionada.

Tuesday, August 21, 2018

el lenguaje materno

Estoy cosiendo otro pantalón. Es mi sexto pantalón con cremallera, sin embargo no logro recordar los pasos y necesito leer las instrucciones. Me pregunto cuantos pantalones hay que coser para que uno recuerde las instrucciones de memoria. Estos pantalones son de una tela rara de algodón que compré por Aliexpress, una especie de tela rústica con un tejido mas bien flojo.

Estaba pensando que cuando describí el pantalón usé la palabra cremallera en vez de la más usada en la Argentina que es cierre. Creo que la palabra vino a mi mente desde la información que leia en las Burdas traducidas al español de España, que no leo desde hace 30 años. Nunca había pensado en la palabra cierre. Cierra con cierre. También la palabra cremallera es rara. De dónde vendrá?

Le estoy enseñando español a Lulu. A la mañana, cuando le preparo los famosos panqueques, le enseño tres palabras. Se queja y se retoba, porque lo único que quiere hacer esta niña es estar con su ipad o con sus amigas, pero creo que de a poco le va gustando. Tiene un cuaderno en dónde va traduciendo las palabras de español a inglés, porque manifestó una ambición desvaída en mejorar su ortografía en inglés. Cuando trato de encontrar material en la red me encuentro tantas palabras de España que me desmoralizo, así que por el momento no he comprado un libro o algo que me ayude. Voy enseñándole palabras que me parecen que podemos usar en nuestra vida diaria. Cepillate los dientes! Lavate los pies! Cuantos panqueques querés? 

Me gusta esta nuevo proyecto, de ser la familia trilingue. Me conecta también con el español.

Siempre me preguntan porque no los crié en castellano. Creo que cuando Lulu nació yo estaba luchando por mejorar mi inglés y estaba sobrepasada en muchos ámbitos, y MM hablaba en inglés en casa y yo llegaba a casa y continuaba hablando en inglés. Aunque tengo el recuerdo de haberle hablado en hebreo, cosa que ahora me parece bastante rara. Creo que quise confundirla a Lulu un poco menos, porque no era una chica muy habladora, y en algún momento quise tener un idioma para comunicarnos y listo, las ambiciones de la trilinguidad me parecían un esnobismo en ese momento, o un lujo que no me podía dar.

Pero muchas veces me pregunto si no fué una decisión inconsciente de alejarme de las raíces de mi lengua materna para ser una madre distinta de la que hubiese sido si hubiese hablado con el idioma de mi madre. Ser madre con el lenguaje materno o ser madre usando un lenguaje distinto. Ciertamente soy una madre que tiende a la violencia física con facilidad, pero no así a la violencia verbal. Creo que en lo que respecta a la violencia verbal soy bastante ejemplar, y creo que tiene que ver con que las palabras tanto en inglés como en hebreo me llegan lento. 

Tengo ganas de escribir mas y coser menos. En realidad quiero coser mas y escribir mas, pero no se puede, necesito elegir. Por dios cuanto trabajo da coser la ropa de 4 personas, aunque estoy lejos de coser toda nuestra ropa, especialmente porque los chicos reciben un montón de ropa usada y porque MM tiene tantos bemoles que es muy difícil coserle. Pero mi ropa me tiene muy ocupada. No logro entender si en algún momento voy a dejar de necesitar ropa o si voy a volverme una persona mejor vestida que todo el tiempo está renovándose el vestuario con prendas nuevas y mas a la moda. Yo pensaba que para este entonces ya hubiese completado mi vestuario, pero no. No tengo malla nueva, necesito ropa de ejercicio nueva, ahora estoy completando el proyecto pantalones cortos, porque los jeans cortados de MM me quedan grandes, creo. En fin, me he vuelto mucho mas ambiciosa. También creo que estoy mas flaca. 

En fin, he estado escribiendo unos capítulos de la historia de mi infancia y me da mucho trabajo. Por eso un poco estoy escribiendo en el blog, para aflojar un poco el idioma.

Saturday, August 11, 2018

la camisa blanca de lino

Estoy terminando una camisa blanca de lino casi transparente. Tengo la tela hace ya varios años, y venía esperando el momento de coserla. Quería una camisa blanca porque me parece una de las prendas mas lindas que hay, un clásico, pero también porque cuando voy y vuelvo en la bici al laboratorio en los meses de verano el sol me achicharra y pensé que esta camisa podría ser una excelente chaqueta de verano, que es un concepto que estamos analizando con una amiga. 

También pensé que que curioso que fuese la primer camisa blanca que me coso, siendo que es algo que me gusta tanto. Pero luego me acordé de que no, que una vez me cosí una camisa de algodón blanco con un plisado en el frente. Lamento haberla regalado. Me gustaría ver como cosía 20 años atrás, o 30 años atrás? El problema de ser así de viejo es que uno empieza a olvidar lo que hizo, y lo que fué. Creo que uno empieza a recrear el mismo círculo, tal vez, mejor. 

Mi primera camisa blanca fué una de gabardina fina de algodón. La camisa la heredé de algún lado, creo que de una amiga que tenía en esa época, y la reformé a la moda de los 80, con hombreras. No recuerdo si le saqué el cuello, para volverla mao. La corté y le hice pinzas en el frente para volverla mas como una chaqueta. Puedo recordar exactamente el tipo de tela. En esa época tenía tan poca ropa que puedo recrear exactamente mi guardarropa.

Jaqueline era mi amiga de ese entonces. Me pregunto como se escribirá ese nombre. Es una época a la que no se todavía si puedo volver. 

Igual quiero volver, especialmente porque en un mes y medio me voy a encontrar con mi mamá en Berlín y tal vez se la última oportunidad de preguntarle ciertas cosas.Mi mamá tiene 78 años y  la perspectiva de su muerte revolotea, aunque dudo que se muera antes de los 90.


La casa interminable

Estoy abrumada. Harta. Y cuando trato de explicar la situación a mis amigas las canso, no logran comprender. Hablo de la casa, la casita, na...