Ayer se me cayó la bici en el tobillo. Me dolió tanto que pensé que me lo había quebrado, al final creo que no pasó nada, que tal vez hoy hasta pueda nadar mis 40 piletas, solo me duele cuando la tira de la sandalia toca la zona. Pasó a las 6 y media de la tarde, el momento más difícil del dia, cuando todabía queda mucho para hacer y mi energía empieza a menguar.
Pepe llegó y tiró su bici sobre la bici de Lulu, de modo que el pedal se enganchó en los rayos de la bici de Lulu, así que yo, que venía atrás de ellos en la bici, la dejé en un costado y me puse a desentrañar la bici de Pepe de la bici de Lulu y en eso se cayó mi bici sobre mi, y el pedál me golpeó el tobillo. MM no está, está en otro pueblo, así que tuvimos que lidiar con la situación solos. Pepe se sintió culpable, que es algo que nunca logro con Lulu. Lulu parece haber salido libre de culpa como MM. Yo me tiré en el sillón con hielo en el tobillo y los mandé a preparar la cena. Pepe se puso a lavar los cacharos, y Lulu se puso a hacer los fideos. Al final fué una de las mejores cenas en mucho tiempo, casi que valió completamente la pena el dolor terrible.
Me llamó la maestra de matemática de Lulu, para decirme que Lulu no está haciendo nada y que está atrasada, así que estamos haciendo una maratón para que aprenda a multiplicar. Tiene un desinterés tan intenso en los número que casi que te duele fisicamente tratarle de enseñarle cosas relacionadas con ellos. Todavía escribe un montón de números al revés. Lo curioso es que no tiene absolutamente ninguna dificultad en la parte lógica, su dificultad es mas que nada, pareciera, en que los números le parecen algo absurdo. Es como que el número tres es para Lulu una abstracción absurda. Pepe por otro lado está deseoso de aprender. Ayer se puso a deletrear una palabra 10 veces, hasta que le salió. Son tan diferentes!
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