La vida, esta cosa tan rara

Está llegando el invierno, nuestra mejor estación. Que raro, no? En el invierno florece el desierto, reverdece, tenemos esos momento mágicos donde el clima es perfecto y la vida fluye tan facilmente que es impensable ser otra cosa que feliz.

 En fin, todo es tan raro. Hoy estaba pensando que la gente se divide en los que se toman la vida con naturalidad y en los que, como yo, la vida nos toma por sorpresa cada mañana.

Ayer llegaron las puertas y ventanas luego de un largo viajo desde Alemania. Aleluya! Las dejaron bajo la lluvia y se arruinaron. Aleluya! Las dejaron mal apoyadas y se torcieron. Aleluya! Alguien cometió un  error y la parte de una gran ventanal que debe abrirse está en el lado equivocado. No me importa, o no mucho. La casa me la tomo como una especie de experimento y bueno.

Ayer fuimos a Ikea y compramos como 20 cajas de plástico de distintas dimensiones. Varias fueron para organizar los juguetes de los chicos (los legos son una categoría  que necesitan cuidadosa organización), la ropa de los chicos y una gran mayoría a organizar mi estudio. Organizar la casa es una tarea que está tan subestimada. Generalmente las casas se van organizando en forma orgánica, pero cuando uno tiene un estudio de costura que ya empieza a parecerse a una mercería pequeña, lo orgánico ya no funciona y hay que hacer el esfuerzo de organizar, lo que es un trabajo super creativo, que requiere pensar bastante. Creo que unas tres horas mas de trabajo y tengo un estudio lindo. El estudio además es cuarto de juego de los chicos, así que de verdad es todo un proyecto de organización.

 El arbol está porque cuando se termina el esqueleto de madera así se celebra. Nosotros, he descubierto, no celebramos ni la navidad, ni Pesaj, solo esqueletos de casas terminados. Y bueno, algo es algo.

 Y aquí va el documento fotográfico de la supercama.