Vos queria saber que paso con el gato?

A mi amiga se le rompió la computadora, y cuando solucionamos el tema del computadora, se le rompió la internet, y cuando llamamos para arreglar la internet se le rompió la electricidad. Si señor, el martes 2 de febrero de 2010 se rompió la electricidad en Buenos Aires o, al menos, se rompió en Villa Pueyrredón, donde no andaban ni los semáforos. Al mediodía, cuando la electricidad se arreglo, llamamos a Fibertel donde me dijeron- Señora, hasta las 4 no hay nada que hacer, no hay internet por el corte de luz- (¿Vos entendes porque la internet viene 4 horas después que la electricidad? Raro, no?). Obedientemente a las 4 llamamos y después del enervante dialogo de las lucesitas nos dijeron que nos tenian que mandar un muchacho.

Sin internet la vida se me hace cuesta arriba, que querés que te diga, especialmente la vida con dilemas, y yo tenía dos. ¿Irme al campo y volver para visitar a la persona X que estaba aun de vacaciones? ¿O mejor quedarme hasta su regreso? El calor sofocante de Buenos Aires no era tentador, pero la idea de transitar doblemente la nefasta ruta 3 hizo que prevaleciese la opción de quedarme. Eso y el combo del calor y la inercia.

Mi otro dilema, llamado "la combi o el bondi", consistía en qué medio de transporte usar para ir al campo. La combi tenía las ventajas de la rapidez y de que con un llamado podía asegurarme un par de asientos. El problema de la combi era su mortalidad. Si no me creés, preguntale al senior de bigotes que comparte con una botella de vino el asado de los sabados, en la parrilla destartalada a la que le gusta ir a mi papa. El te contaría como es que perdió a su única hija de 13 años y campeona de patín en una combi que creyo que pasaba y nunca paso en la ruta 3. Todo esto me hizo inclinarme por la opción "bondi" pero igual, la cosa venía muy complicada. Como se hace para averiguar horarios y comprar pasajes sin internet?. Life ain’t easy darling

-Pero que hace la gente!-dije, a lo que mi amiga, que ya me había dejado de querer, se internó en los misterios de la consulta telefónica y me proveyo de un par de números de la empresa de ómnibus. Llame, no obtuve respuesta y ahi me eche a mirar Ricardo Fort y a esperar que las cosas se resolviesen sin demasiada intervención de mi parte.

Cuando el miércoles 3 me encontre con la persona X, me quedaba solo por el resolver el dilema de la combi o el bondi. A la persona X le andaban la computadora, la internet y la electricidad, lo que no andaba era el sitio web de la empresa de ómnibus. Tampoco era fácil solucionar mi dilema en lo de la persona X debido, entre otras cosas, a la cantidad de niños presentes .Cuando termino la visita la persona X me llamo un taxi y salimos, decidida a ir Retiro y a comprar pasajes.

-Cuantos numeros tiene el DNI?-le pregunte al taxista, cuando estabamos llegando a Retiro.
-El DNI? -el taxista penso un rato-8 números tiene- me dijo
-Es que no me acuerdo mi numero de documento. Lo piden para sacar boleto, no? Les pensaba inventar un numero- Le explique
-Usted va a Retiro a sacar boleto?-
-Si-
-Y por que no lo sacó en Belgrano?- Belgrano es de donde veníamos.
-Si, no?. Es que no se donde es que esta esa oficina de venta de boletos, y cuando llame no me contestó nadie-
-Pero me hubiera preguntado! Es en Cabildo y Blanco Encalada-
-Y a usted le parece que mejor volvamos a Belgrano?-
-Y si, porque así no se le complica tanto volver-

Dimos la vuelta y mientras pasábamos por la flor de acero inoxidable le mencione que manejaba en una forma muy particular: sin pasar semáforos en rojo, ni tratando de matar peatones, ni batiendo records de velocidad. El taxista revolvio en la guantera y me paso un pedacito de diario plastificado con cintascotch donde se lo mencionaba por haber devuelto no se que cosa. Eso y porque realmente era un tipo agradable me llevo a preguntarle cuanto me costaría un viaje al campo.

-Me llevaria a Las Hortensias?-
-Cuantos kilometros son?
-Como 300-
El tipo llamo con su walky talky y me dijo -400 pesos son, pero podemos arreglar-.
-100 dolares es lo que sale un viaje de NY a Boston en el tren-pense.
-Me llevaría ahora?-
-Usted conoce la ruta?-
-Mas o menos. Se va hasta Cañuelas y de ahi se agarra la ruta 3-
-Se sale por la Richieri, no?-
-Creo que si, pero no estoy muy segura-
-Bueno, si, la llevo-
-Entonces ahora tendriamos que ir a Villa Pueyrredon a buscar mi equipaje, y de ahi saldriamos, le parece bien?-
-Si, como no-

Llegamos a Villa Pueyrredon donde yo tenia mi equipaje listo. En un minuto nos despedimos de mi atónita amiga, llame a mi viejo para decirle que estábamos en camino y baje mi bolso, el cochecito ya estaba en el baul. Despues cargamos gas y yo me baje a comprar 2 cocacolas.


Salimos de Buenos Aires y empezó a diluviar, sin embargo todo fue bastante bien hasta Cañuelas, donde entramos en una rotonda mal señalizada. El taxista tomo una salida que a mi no me convencía. Ya era de noche.

-Hay que seguir derecho señora-
-Mmm, no se, no me convence, mejor paremos y preguntemos-
Hicimos un par de kilometros sin encontrar donde preguntar
-Mejor demos la vuelta-

El taxista dio la vuelta. En eso vimos un señor fumando en la puerta de un hotel y el taxista se bajó a preguntar.
-Me dijo que hay que seguir derecho no mas-

-Bueno-

-Era cordobés el hombre-


Nos encaminamos otra ves en la ruta, que estaba vacía y que tenia muy poco que ver con la ruta 3 que yo recordaba. Con cada km la certidumbre que estabamos perdidos se hacia mas fuerte.Llovía mucho.

Llegamos a un puesto de peaje donde nos confirmaron que estamos en el camino equivocado, estabamos yendo a Lobos. Para agarrar la ruta 3 teníamos que seguir derecho 10 kilometros y agarrar la ruta 41.

-Seguro que estamos llendo paralelo-decia el taxista. Yo lo dudaba, pero me daba pena descorazonar al taxista aun mas, el daño ya estaba hecho.

Pasaron mas de 10 km. La ruta se volvía mas oscura, mas lluviosa, mas vacía. Lulu dormia en mis brazos. Cada tanto se despertaba y yo le daba la teta inmediatamente porque era fundamental que estuviese dormida.


Vimos una estación de servicio y entramos. Ahi encontramos un par de muchachos que parecían saber de lo que estaban hablando. Nos explicaron que teníamos que seguir, que había que pasar un puente y bajar.Hicimos esos kilómetros escudriñando la oscuridad y la lluvia con toda la fuerza de nuestros ojos. Ya habíamos perdido toda la confianza en la señales, las indicaciones y la civilización en general.Cuando ya estábamos perdiendo la fe en las instrucciones precisas de los muchachos de la estacion de servicio encontramos la bajada y nos metimos en la ruta 41.

En eso el taxista me dice

-Estamos en contramano-

-Pero como?!- Y si, a nuestra derecha habia otra ruta paralela a la nuestra.
-Bueno, hagamos marcha atras, yo miro-

Hicimos marcha atras como 500 metros, imaginate, marcha atras en una ruta oscura como la boca de un lobo.

-Diga que me di cuenta que los carteles estaban al reves. Que locura- dijo el taxista.

-Por suerte que se dio cuenta-yo trataba de ponerle onda cheer leader al asunto.

Cuando nos internamos en las profundidades de la ruta 41 nos dimos cuenta que si la ruta anterior era desolada, esta era peor . No tenia banquinas y el sistema de drenaje no funcionaba, asi que se nos producia el efecto patito todo el tiempo, que es que cuando el auto pasa por un charco al costado de la ruta y se desvia incontrolable hacia al centro. Era tambien muy angosta, y cuando pasaba un camion del lado opuesto se producia el efecto splash: el camión nos tiraba tanta agua en el parabrisas que perdiamos la vision por unos cuantos segundos. La lluvia no tenia ni miras de amainar.


No había que ser muy dado a la imaginación de catástrofes para pensar en la combinacion del efecto patito y el efecto splash produciendose en el mismo tiempo y espacio. Fue uno de los pocos momentos de mi vida en que me senti una madre de mierda. El taxista manejaba despacio, íbamos a 60, o menos. Yo iba erguida en el asiento, mirando alternadamente hacia atras y hacia adelante. Mi talisman era la concentracion.

El taxista me hablo de su experiencia en España, la comparamos con mi experiencia en Boston. Hablaba poco, pero comunicaba bastante. En la ruta 41 las sentencias se acortaron notablemente, nos limitamos a hacer comentarios sobre la bajadita de la muerte y las condiciones de la ruta.

Llegamos a San Miguel del Monte y a la ruta 3. El alivio que sentimos cuando vimos el primer cartél que decía-Las Hortensias 148 km- se transformó en preocupacion cuando el siguiente cartel decía -Las Hortensias 150 km- El taxista entró en pánico

-Estamos llendo al reves- dijo.

Yo mantuve la calma, -Es un error-dije y-nunca los carteles indican kilometraje creciente-

-Ahh, si, claro- dijo el taxista, pero no parecia muy convencido

El siguiente cartel decia -Las Hortensias 155- Era inevitable empezar a dudar.


Transcurrieron como 20 km hasta que finalmente el kilometraje de los carteles empezó a decrecer y la zona me empezó a resultar mas familiar. Pasamos por el rio Salado.

En la ruta 3 hablamos de la panificacion y de los helados. El habia hecho un curso de panificacion y yo herede los conocimientos de mi madre. Le explique los misterios del sour dough. El me explico los secretos de los helados.


Yo le conte mi edad, no se en que contexto, creo que me lo pregunto directamente. Me dijo

-Pareces menos-

Yo no le pregunte la suya, pero me dijo que tenia dos hijos.
-Hijos chicos, problemas chicos. Hijos grandes, problemas grandes-dijo.

Lulu seguia durmiendo. Se desperto apenas cuando nos bajamos del auto para que cargasen gas en Las Hortensias. Era medianoche y yo pensaba en mi viejo, que a esta altura de la noche pensaría que le estábamos haciendo compania a la campeona de patín.

El campo queda a 20 km despues de pasar Las Hortensias. Hay que pasar por la curva del cementerio, que es una curva donde mucha gente se mata. Yo le explicaba todo cuidadosamente al taxista, preocupada por su vuelta.

Pasamos la curva del cementerio en salud y llegamos a la ultima rotonda antes del campo. El taxista queria meterse en un camino que hay en el medio de la rotonda, que supongo quedo de cuando la construyeron, por suerte lo disuadi. Imaginate los tres empantanados a medianoche en el medio de la rotonda. La escasa habilidad del taxista para enfrentar las rutas argentinas habia desparecido por completo y me daba pena pensar en su vuelta.

Pero no podia apenarme mucho, tenia que encontrar la entrada al campo, la lluvia y los tres años de ausencia no ayudaban. Un montecito de alamos, la señal de la escuela. En las noches sin luna hay que estar bien atento.

Por suerte mi viejo había dejado la tranquera abierta. De ahi es camino de tierra. El taxista queria agarrar por lo alto, pero mi papa me habia dicho bien clarito-El camino es el de la izquierda- Con cierta reticencia el taxista me hizo caso y asi fue como, despues de viajar como 6 horas, llegamos. Le pague, le di una propina y le sugerir ir a un hotel. Puse todos los cachivaches que teniamos desparramados en una bolsita. El taxista dijo.
-Ahh, el cochecito, esta atras. Yo se lo llevo- Salimos del coche, todavia llovia.

Yo agarre el bolso y la nena dormida, el taxista agarro el cochecito y corrimos hacia la casa bajo la lluvia, donde mi viejo nos esperaba en la puerta.
-Nos perdimos, papa-
-Pero como!!!!!-
El taxista dio unas explicaciones vagas, estaba avergonzado. Cuando entramos le alcance a preguntar el nombre -Jorge-
-Me llamo Wanda-le dije. Nos dimos la mano y nos dijimos adios.

Despues de que me tome la segunda taza de te con mi viejo y mas o menos me habia vuelto el alma al cuerpo me acorde de la bolsita, que habia quedado en el auto. Estaba llena de tesoros: tu gato, un libro escrito y dedicado por la persona X, el libro de los gatos, un libro que mi hermana le regalo a Lulu, la campera gris que me regalo MM, el vestido verde que le cosi a Lulu y que casi no usó, la mochilita de alpillera que le cosi y, sabes que!, la botella de agua mohosa que mi mama le dio a Lulu, te acordas?

Pense en llamar a la persona X y tratar de ubicar a la empresa de taxis y asi a Jorge (La persona X fue la que me llamó el taxi), pero no queria volver a Bs As por la bolsa. Lo que no contaba es que el taxista Jorge me iba a buscar por cielo y tierra. La persona X me dijo que fue dos veces a buscarme a lo de mi amiga de Villa Pueyrredon (no se como me iba a encontrar, es un edificio, supongo que usaria el intel del portero, que se yo) Pero mi amiga esta navegando los mares sudafricanos. Al final le dejo la bolsa a la persona X, la cual le ofrecio una propina que el taxista Jorge no aceptó.

El gato, entonces, esta en lo de la persona X. Espero que sepas entender.