Otra vez frio, el driveway congelado, el auto patina y no puedo salir (nota mental: comprar sal) hasta que no sale el sol y se descongela un poco. El frio asi me da miedo y me abre una ventana hacia otra realidad donde esto que tengo y de lo que tanto me quejo parece un lujo asiatico desde todo punto de vista. Y entonces vivo el presente, asi, con una fuerza avasalladora que me golpea y no me deja respirar. Aunque desde Lulu el presente tiene otra dimension. Tal vez, como djo mi mama, es que la nieve y el frio extremo nos hacen acordar a los campos de concentracion de Polonia. Y me siento un poco en el borde de la catastrofe, de una catastofre que no puedo ver, pero quees como obvia, como ese alfil que siempre estuvo ahi , eperando jejeje para hacer un jaquemate zas. Y entonce agradezco el fuego que crepita y la nena que camina empujando la silla y las empanadas y todos los clishes y soy feliz.
1 comment:
bien dicho, adela. algo nuestro estuvo ahí, algo nuestro siempre tiene miedo de volver.
desorganizada.
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