Monday, September 18, 2017

corpiños y primer grado


Me acabo de coser un corpiño, blanco, de algodón, que diseñé. Cuando logro estas cosas me siento la mujer maravilla. También noto que diseñar ropa, especialmente corpiños, que tienen miles de detalles técnicos, me encanta. Siento que el mundo para y soy yo y el corpiño, planeando todos los detalles técnicos, los del diseño, los de las terminaciones. Es el segundo que coso, pero el primero no lo diseñé yo, y el problema es que requiere un par de elásticos que no necesariamente los puedo conseguir con facilidad. Este corpiño que diseñé lo hice con la idea de que solo agodón toque la piel. En verano acá se transpira mucho, y no me gusta cuando telas sintéticas me tocan la piel. Estoy muy contenta además porque me pone de mal humor usar corpiños viejos, y los corpiños blancos de algodón envejecen rapidamente, y tener el poder de sentarme un par de horas a la mañana y coserme un corpiño y salir me llena de de felicidad. Además que tengo ganas de escribir todas las instrucciones y tratar de vender el diseño, o ofrecerlo gratis, pero de una manera u otra pienso que podría ser algo que me haga subir un escalón.

Pepe en primer grado. No lo puedo creer. Le falta un diente de arriba y está tan raro. Acabo de ir a la escuela para hablar con la maestra de yoga porque Lulu tiene yoga en la escuela. Lo vi y vino a darme un abrazo. Pepe es tan cariñoso... Pensaba que en esta época se iba a poner mas distante, pero pasó lo opuesto. Hoy cuando me vió en la escuela vino corriendo a darme un abrazo y un beso. Se lo veía contento, tan grande y tan chiquito.

En menos de dos semanas viajo a la Argentina, sola, estoy muy emocionada. Nunca pasé tantos dias sin los chicos, y siento una mezcla de terror y deleite.

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