Friday, April 24, 2015

Una foto del pasado


Encontré esta foto en una cámara que no usé por un tiempo. Era el año que MM estuvo en Boston y yo aquí, el primer año de Pepe. Ibamos todos los días a caminar por la montaña y se dormía sus siestas en la mochila, luego volvíamos y yo me hacía muchas acrobacias para sacarme la mochila y que siguiera torrando. Me acostaba en la cama, con el todavía atado, sin aplastarlo, y luego me desprendía la mochila y me iba incorporando lentamente, que no notase el cambio. Obviamente lo dejaba así con la mochila.

Ahora está aquí a mi lado reclamándome que lo lleve al super a comprar el huevo kinder de los viernes. Me muestra la tapa de la cámara y me dice -aquí está escrito que tenemos que ir ahora- (porque yo le digo que estoy cansada, que me deje tomarme unos mates en paz)

Ayer salí en bici a fotografiar el quilt en el desierto. Todas las fotos salieron quemadas, over exposed. Y eso que era temprano. Luego dije suficiente, colgué el quilt, le saqué un par de fotos y escribí sobre el un post en mi otro blog, que todavía no quiero hacer público. Es raro tener dos blogs. Pero muy de a poco voy encontrando la vuelta. Este es mi blog borrador, es tanto mas lindo escribir en borrador.

Descubrí que mi logo, del que tan orgullosa estaba, es el mas usado del condado.

Le compré a Lulu una bici grande y MM decretó muy grande. Hace rato que andaba en una bici mínima, siempre parada en la bici. Y yo soy la que la tenía que esperar porque mi bici es mucho mas rápida y no hay nada que me ponga mas nerviosa que ir en la bici despacito. Lo cierto que un día fuí y compré la bici, con cambios, de montaña, bastante cara. Era lo que había, mas o menos. Luego MM decretó muy grande, peligroso, blabla, el centro de gravedad. Hoy salimos por el desierto, le expliqué como usar los cambios, como frenar cuesta abajo. Usó la bici como una pro, no le dan miedo las bajadas. Me emocionó un poco. Fuimos a visitarlo a MM, que tiene la oficina en le kibutz de acá al lado. Luego a la vuelta le agarró un ataque, se puso a llorar que estaba cansada y que quería que el padre la traiga en coche. Yo no sabía que hacer, no sabía cuanto era drama y cuanto la verdad. Al final la mandé de vuelta hacia la oficina y el padre la trajo.


1 comment:

Anonymous said...

Ay, qué preciosura de bebote, con esos cachetes rosados, siento que me lo como crudo! ASiku

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