Van tres veces que le gano a la montaña y no me bajo de la bici en la subida del demonio. Hoy, sabado, como no estaba apurada para llegar a casa, me fuí hasta el oasis, y pensé que como iba a estar mas cansada porque alargué el viaje unos 20 minutos no iba a poder subir, pero pude. Hoy también pude hacer una bajadita del demonio, que ya van como dos veces que me da miedo y me bajo. Lo que pasa es que me da tanto miedo que freno tanto que no me queda otra que bajarme. Pero las veces que he vencido el miedo (dos), la sensación de freedom es espectacular. Es una bajadita complicada: es entre dos curvas, tiene piedras, tiene pozos y tiene arena suelta, pero una vez que uno la hace piensa, como tanta veces en la vida, por esta pavada tanto aspamento? Iva a poner aspaviento, pero me acordé que mi vecino del campo del gualicho, Don Ever, decía aspamento, bah, todos los vecinos decían aspamento.
He avanzado mucho con la bici. Ando a los saltos por el desierto como si tuviese 15 años, por suerte nadie me ve. De alguna manera me parece una conducta muy inapropiada para una señora de 43, a los saltos por las piedras, a toda velocidad. Saturday, May 25, 2013
el nudo
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