Saturday, February 09, 2013

Un día de aventuras

Ayer a las 8 y media partimos con Lulu y su jardín a un paseo por las montañas. Bajamos por un río, luego hicimos un fuego en el valle, cocinamos pitas y comimos tortas. Yo había planeado llevar a Shem en una mochila que le iba a pedir a un vecino, una de esas mochilas con armazon. Al final la noche anterior ni dormí ( a Pepe le salen los dientes número 13 y 14) y tampoco tuve tiempo para conseguir la mochila así que opté por dejarle Shem a MM. Me alegro de no haberlo llevado a Shem, hubiese sido muy difícil. Yo he hecho ese paseo, pero siempre subiendo. '

A mi no me gusta bajar montañas , a mi me gusta subirlas.

Lulu no quería ir al paseo, creo que por esta película que está viendo en este preciso momento, The secret of Kell. Me dijo que tenía miedo de los lobos.Yo lo hablé con la maestra y ella la convenció. Le prometió darle la mano todo el paseo. Así que Lulu partió muy contenta de la mano de su amada maestra y después de 10 minutos se olvidó de los lobos, la maestra (y de mi),  tomó la delantera y la perdí de vista. La ví tres veces: para desayunar, y dos veces para darle agua. Así que me pasé el viaje charlando con la amiga favorita de Lulu y su mamá.

Me estoy dando cuenta que no es la amiga favorita de Lulu, sino la amiga favorita que yo le asigné. Me encantan esa nena, sus padres y sus hermanos y vive cerca, así que es casi la única amistad que le cultivo. Creo que lo mismo le sucede a la otra nena. No es que Lulu sea su amiga favorita, sino que es la amiga favorita que su madre le asignó.

A las 12 llegue a casa, agotada. Lulu se fue con la amiga favorita. Tenía 30 minutos para morfarme algo, darle la teta a Pepe y salir rajando al kibutz de al lado para salir a un viaje en bici con las chicas.

Lo bueno de tener hijos es qeu la posibilidad de dormir la siesta y vegetar queda descartada, así que uno se torna en unos de esos seres activos a la fuerza, por falta de opciones. Por ejemplo, yo corro porque prefiero correr a doblar y lavar ropa. Si pudiese vegetar y leer el New Yorker a mi no me agarran para correr ni en pedo.

The secret of Kells es la película para niños mas linda que jamas vi.

El lugar donde fuimos a andar en bici es en el centro de Israel, un lugar con colinas, sin piedras, muy diferente de nuestro paisaje desértico. Ahora es de una belleza de postal, con millones de amapolas florecidas, el trigo verde recién sembrado, las vacas gordas y rojas pastando. El sendero es un single, lo que significa que nadie te puede pasar, y bastante técnico. Muchas bajadas con subidas inmediatas. Me cuestan las bajadas en bici. No me gusta nada aproximarme a esas bajadas y tener solo unos segundos para ajustarme a la idea. No me explico (la verdad es que siento que el cerebro todavía no se me recuperó de las dos noches en que Pepe me despertó cada hora). Las bajadas esas son del tipo que uno no ve lo que hay, solo ve un precipico, un vacio, la tierra horizontal que se termina. Suelo parar y evaluar el asunto, a veces me atrevo, a veces me bajo de a bici y la arreo. Es cierto que el cansancio no ayuda a la valentía. Estoy mejorando? Tal vez, lentamente.

En una de esas bajadas-subidas me caí. La subida era muy empinada y cuando me bajé de la bici la bici me arrastró hacia abajo. La técnica en esos casos es frenar la bici, pero el otro día me rebané un cacho del dedo índice izquierdo cortando papas y tengo esa mano lenta, así que frene solo con la mano derecha y no fue suficiente. No pasó nada, un raspón en la rodilla y otro en el brazo.

Es todo un asunto hacer estas cosas en grupo. Me pregunto como me comportaría si estuviese sola. Creo que en grupo adopto un papel mas de cobarde. Igual me gusta el entrenamiento grupal, aunque me cuesta tanto como las subidas-bajadas. Es un grupo muy bueno, no hay ninguna ególatra. Es cierto que somos todas viejas. El ego se gasta con la edad, por suerte.

Me arrepiento un poco de haberme comprado la bici grande. A veces siento que me queda grande, que con una bici mas chica haría esas subidas bajadas con mas seguridad. Comprarme la bici grande fue una cuestión de ego, creo, aunque no había muchas opciones. Yo me creo mas grande de lo que soy.

Hay una señora, de Marruecos, o de madre marrocana, o de Tunecia, que cocina rico e intercambiamos recetas. Me dijo que una forma de comer cuscus es cocinarlo con manteca, luego agregarle pasas de uvas y un poco de azucar y comerlo con yogur entero natural. Yo le llevé mi masa madre y mi receta infalible de pan de harina espelta.


7 comments:

Anonymous said...

cuántas aventuras. las fotos de abajo bellas.
harina espelta es la spelt flour, no??

Anonymous said...

perdón la del comentario anterior era yo.
/d.

cronista sentimental said...

la bici grande es necesaria para no pedaler siempre con las piernas flexionadas, ¿no?

María (ahora en paz) said...

¿Quién es Shem?

Sil said...

che la africana que me habías recomendado es Kirikou?

desorganizada said...

es muy verdad esa conclusión respecto de tener hijos: todo lo que una hace sólo porque no tiene la posibilidad de tirarse a leer en pelotas debajo del ventilador de techo.

Ale said...

Es verdad lo de ser activo a la fuerza, yo empece natacion, es la primera vez en años que hago un deporte, pero es la unica manera de tener paz!! si pudiera quedarme tirada mirando series, no voy ni en pedo

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