Pepe se despierta a las 5 de la mañana, una hora mas temprano que lo usual, y trepa al loft donde duerme MM, que llegó tarde, cuando ya todos estábamos durmiendo. A las 5 y media MM me lo trae y me levanto. Le doy panqueques que sobraron de ayer, ni los prueba. Está de mal humor, o restless, y yo también. A el le están saliendo tres dientes y a mi esta rutina de no salir del caserío, de dias que se suceden demasiados iguales unos a otros me está atacando los nervios.
Pepe se sube a su silla y me pide una película. Miramos juntos un capítulo de Baby Einstein. Un perro y un pato llevan un hueso de aqui para allá. Charlamos con MM, que prepara panqueques. Pepe si come los panqueques de MM. O no, es difícil saber que come Pepe y que no come a no ser que uno preste atención a todo el proceso, pero parece ser mas receptivo a los panqueques de MM que a los mios. Creo que le gustan los minipanqueques que le prepara MM.
Se despierta Lulu.
Pepe me pide una caja que hay en la biblioteca. Saco los marcadores indelebles y se la doy. Se que después me arrepentiré, darles cajas con muchos objetos a los nenes es mal negocio. Juntar los objetitos lleva mas tiempo que el obtenido cuando el bebe estuvo entretenido sacandolos de la caja. 5 minutos mas tade aterrorizada me doy cuenta que en esa caja estan guardadas hojas cortantes peligrosísimas. Voy y le saco la caja. Ultimamente la mente me juega estas malas pasadas, como puede haberme olvidado de eso?
Luego Pepe me pide las perlitas de azucar de Lulu. Las usamos para decorar tortas en ocasiones especiales. Se los doy porque todavia su dexteridad no le da para abrir el tubito. Empiezo la rutina matinal de ponernos a todos presentables. Mis dientes, los de Lulu, mi pelo, el de Lulu, mi ropa, la ropa de Pepe, la ropa de Lulu. El desayuno de Lulu.
Pepe y yo salimos al jardín de polvo. Le saco unas fotos con la luz de la mañana. Pasa la veciamiga y le doy unos consejos sobre como trabajar con un programa de estadistica. Suena irreal hablar como esta persona que sabe hacer algo mas que llevar y traer chicos a la escuela, bañarlos y alimentarlos. Pepe se cae de boca en el polvo y llora, toda la cara embarrado. Entramos. Me doy cuenta que tiene todos los zapatos embarrados. El polvo al mojarse se trasnforma en una arcilla pegajosa, una pesadilla pegoteada en los zapatos. Trato de limpiar los zapatos.
Me doy cuenta que MM no dejó panqueques para el desayuno que Lulu lleva al jardín. Empiezo otra vez a preparar masa de panqueques. Desde ayer a la noche hemos hecho en esta casa tres mezclas de panqueques distintas. Trato de lavar la vajilla de ayer mientras hago panqueques. Pepe trata de meter algo en un enchufe. No tengo anteojos y no veo bien, me asusto y le grito. Se paraliza. Era un lapiz gracias a dios.
Voy a la pieza y me encuentro que Lulu abrió el tubito de perlitas de azucar, están desparramadas en las sábanas que cambié ayer y Pepe se las está comiendo a toda velocidad. Empieza una carrera contra el reloj para ponerlas de vuelta en el tubito antes de que Pepe se las coma. También me doy cuenta que Lulu sacó las sabanas y las toallas del su cajón. Trato de no caer en la desesperacion.
La mando a Lulu a cepillarse los dientes y a lavarse las manos con jabon. Casi que lo hace sola, pero le tengo que poner la pasta en el cepillo. Es que si pongo la pasta y el cepillo en un lugar accesible para ella, Pepe se hace una fiesta con la pasta dentífrica de Lulu. Su sueño es morfarse toda la pasta dentífrica. Mientra le pongo la pasta de dientes Pepe trepa la escalera rapido como un rayo y se cae. Yo trato de darle el cepillo a Lulu para poder atajar a Pepe, en vez de revolear el cepillo a la mierda. El cerebro no me responde con la rapidez necesaria hoy. Ni hoy ni hace tiempo. Le pego unos gritos horribles, a ver si este bebé entiende. Pepe llora, asustado. No le pasó nada. Igual 5 minutos después está tratando de subirse de vuelta. El corazón me late rápido, me asusté.
Estamos por salir. Lulu ya esta peinada, vestida, dientes cepillados, manos lavadas, Pepe vestido, pero sin zapatos, los llevaré en la mano. Pañales, no olvidarse de pañales.
Pepe se caga.
Había programado ir en el auto a sus jardines, pero no se si hacerlo en este estado mental. Decido que si, necesito acostumbrarme a manejar con cambios, en todo estado mental. De verdad es buena practica el caserío a las 8 de la mañana. Un camión que sale, unos padres haciendo maniobras raras, un perro en la mitad de la calle, dos soldadas que caminan por la calle en vez de por la vereda. Se me para el auto, no lo puedo encender, el de atras me toca bocina. Supero el brete.
Estaciono a unos 50 metros del jardín de Lulu y le pregunto si quiere ir sola. La verdad es que no cepillé los dientes, ni me lavé la cara, estoy sin corpiño y con ropa de MM. Lulu sale corriendo, feliz. Yo ni siquiera la sigo con los ojos hasta la puerta de la escuela, Pepe se queja, alguien saluda.
Deposito a Pepe en su jardín. Vuelvo a casa.
Me acuerdo que noche me acordé del período cuando había empezado a trabajar en ingenieria, trabajaba 9 o 10 horas, me pasaba 4 horas viajando. Lloraba de cansancio. Ultimamente pienso en todos este esfuerzo de criar estos niños tan artesanalmente, cual es el sentido. Y el sentido supongo sería evitar alguien como yo, tan herido. Que no se pasen la vida lamiendo heridas. Igual, quien sabe.
Y cada día se renueva el esfuerzo. Tal vez yo fuí una nena tan feliz y tan intacta como Lulu a esta edad y luego las cosas se desbarrancaron, como se me podrian desbarrancar a mi. Es todo tan frágil. La felicidad familiar es tan endeble. Hoy mi hijo podría haberse cortado los dedos, se podría haber electrocutado, se podría haber desnucado.
Los que hemos sido abándonados por nuestras madres nos pasamos toda la vida tratando de explicarnos el porque del abandono. Siento que haberla dejado a Lulu hacer sola esos 50 metros podría ser el primer paso hacia el abandono, el desbarrancamiento.
Pepe se sube a su silla y me pide una película. Miramos juntos un capítulo de Baby Einstein. Un perro y un pato llevan un hueso de aqui para allá. Charlamos con MM, que prepara panqueques. Pepe si come los panqueques de MM. O no, es difícil saber que come Pepe y que no come a no ser que uno preste atención a todo el proceso, pero parece ser mas receptivo a los panqueques de MM que a los mios. Creo que le gustan los minipanqueques que le prepara MM.
Se despierta Lulu.
Pepe me pide una caja que hay en la biblioteca. Saco los marcadores indelebles y se la doy. Se que después me arrepentiré, darles cajas con muchos objetos a los nenes es mal negocio. Juntar los objetitos lleva mas tiempo que el obtenido cuando el bebe estuvo entretenido sacandolos de la caja. 5 minutos mas tade aterrorizada me doy cuenta que en esa caja estan guardadas hojas cortantes peligrosísimas. Voy y le saco la caja. Ultimamente la mente me juega estas malas pasadas, como puede haberme olvidado de eso?
Luego Pepe me pide las perlitas de azucar de Lulu. Las usamos para decorar tortas en ocasiones especiales. Se los doy porque todavia su dexteridad no le da para abrir el tubito. Empiezo la rutina matinal de ponernos a todos presentables. Mis dientes, los de Lulu, mi pelo, el de Lulu, mi ropa, la ropa de Pepe, la ropa de Lulu. El desayuno de Lulu.
Pepe y yo salimos al jardín de polvo. Le saco unas fotos con la luz de la mañana. Pasa la veciamiga y le doy unos consejos sobre como trabajar con un programa de estadistica. Suena irreal hablar como esta persona que sabe hacer algo mas que llevar y traer chicos a la escuela, bañarlos y alimentarlos. Pepe se cae de boca en el polvo y llora, toda la cara embarrado. Entramos. Me doy cuenta que tiene todos los zapatos embarrados. El polvo al mojarse se trasnforma en una arcilla pegajosa, una pesadilla pegoteada en los zapatos. Trato de limpiar los zapatos.
Me doy cuenta que MM no dejó panqueques para el desayuno que Lulu lleva al jardín. Empiezo otra vez a preparar masa de panqueques. Desde ayer a la noche hemos hecho en esta casa tres mezclas de panqueques distintas. Trato de lavar la vajilla de ayer mientras hago panqueques. Pepe trata de meter algo en un enchufe. No tengo anteojos y no veo bien, me asusto y le grito. Se paraliza. Era un lapiz gracias a dios.
Voy a la pieza y me encuentro que Lulu abrió el tubito de perlitas de azucar, están desparramadas en las sábanas que cambié ayer y Pepe se las está comiendo a toda velocidad. Empieza una carrera contra el reloj para ponerlas de vuelta en el tubito antes de que Pepe se las coma. También me doy cuenta que Lulu sacó las sabanas y las toallas del su cajón. Trato de no caer en la desesperacion.
La mando a Lulu a cepillarse los dientes y a lavarse las manos con jabon. Casi que lo hace sola, pero le tengo que poner la pasta en el cepillo. Es que si pongo la pasta y el cepillo en un lugar accesible para ella, Pepe se hace una fiesta con la pasta dentífrica de Lulu. Su sueño es morfarse toda la pasta dentífrica. Mientra le pongo la pasta de dientes Pepe trepa la escalera rapido como un rayo y se cae. Yo trato de darle el cepillo a Lulu para poder atajar a Pepe, en vez de revolear el cepillo a la mierda. El cerebro no me responde con la rapidez necesaria hoy. Ni hoy ni hace tiempo. Le pego unos gritos horribles, a ver si este bebé entiende. Pepe llora, asustado. No le pasó nada. Igual 5 minutos después está tratando de subirse de vuelta. El corazón me late rápido, me asusté.
Estamos por salir. Lulu ya esta peinada, vestida, dientes cepillados, manos lavadas, Pepe vestido, pero sin zapatos, los llevaré en la mano. Pañales, no olvidarse de pañales.
Pepe se caga.
Había programado ir en el auto a sus jardines, pero no se si hacerlo en este estado mental. Decido que si, necesito acostumbrarme a manejar con cambios, en todo estado mental. De verdad es buena practica el caserío a las 8 de la mañana. Un camión que sale, unos padres haciendo maniobras raras, un perro en la mitad de la calle, dos soldadas que caminan por la calle en vez de por la vereda. Se me para el auto, no lo puedo encender, el de atras me toca bocina. Supero el brete.
Estaciono a unos 50 metros del jardín de Lulu y le pregunto si quiere ir sola. La verdad es que no cepillé los dientes, ni me lavé la cara, estoy sin corpiño y con ropa de MM. Lulu sale corriendo, feliz. Yo ni siquiera la sigo con los ojos hasta la puerta de la escuela, Pepe se queja, alguien saluda.
Deposito a Pepe en su jardín. Vuelvo a casa.
Me acuerdo que noche me acordé del período cuando había empezado a trabajar en ingenieria, trabajaba 9 o 10 horas, me pasaba 4 horas viajando. Lloraba de cansancio. Ultimamente pienso en todos este esfuerzo de criar estos niños tan artesanalmente, cual es el sentido. Y el sentido supongo sería evitar alguien como yo, tan herido. Que no se pasen la vida lamiendo heridas. Igual, quien sabe.
Y cada día se renueva el esfuerzo. Tal vez yo fuí una nena tan feliz y tan intacta como Lulu a esta edad y luego las cosas se desbarrancaron, como se me podrian desbarrancar a mi. Es todo tan frágil. La felicidad familiar es tan endeble. Hoy mi hijo podría haberse cortado los dedos, se podría haber electrocutado, se podría haber desnucado.
Los que hemos sido abándonados por nuestras madres nos pasamos toda la vida tratando de explicarnos el porque del abandono. Siento que haberla dejado a Lulu hacer sola esos 50 metros podría ser el primer paso hacia el abandono, el desbarrancamiento.
9 comments:
Hola Wanda, te leo hace un tiempo, me divierto y rio mucho leyendo y aprendo también muchas cosas, yo ahora quiero tener mi primer bebe, ya tengo casi 34 y como me gustaria al menos tener dos, pues me he puesto manos a la obra ;)
Eres muy buena madre y es muy bonito ver como te dedicas a tus hijos, dejando atras tu espiritu libre, el ser madre siento que es uno de los actos mas altruistas del ser humano, y nosotras las mujeres somos afortunadas de vivirlo, supongo que tambien tendré estos momentos de locura, pero son los que hacen la vida un camino lleno de aprendizaje.
Un abrazo y gracias por escribir desde tu corazón.
No creo que haya una sola madre que no lea esto y reviva la angustia, la frustración y la locura de esos días. No me consta que haya un sentido pero debe haberlo porque en el medio de ese caos una encuentra momentos de belleza y felicidad inenarrables. Mirá esto http://www.flickr.com/photos/summerpierre/8079497344/in/photostream/
No, dear, lulu sólo caminó 50 mts hasta el jardín contenta y confiada. criaste una cosa bastante confiable, eso es grosso. y pepe ya va a crecer "Los días pasan lentos, pero los años muy rápido" (?)
son sólo unas sobritas de puré de papas que tenés en la cabeza.
en efecto, como dice sil, sentí este minuto a minuto en el cuerpo, en el medio del pecho, como propio, porque ha sido y sigue siendo propio.
justo ayer vi esa película que se llama, en castellano, "un suceso feliz", y que dos analistas consecutivas me mencionaron cuando yo les relataba escenas como éstas. la viste? no que sea una gran película, pero bueno, a una la calma, a veces, esa clase de identificación.
muchos besos.
sí. cuántos días como el que describís, en que todo se confabula para mostrarnos la fragilidad y la belleza que tenemos entre las manos, lo fuertes que somos. supongo que muchos queremos entender el por qué de algún abandono pero pocos pueden hacerlo escribiendo tan bien.
Podria haberte tocado esta:
http://yourphotos.boston.cbslocal.com/66339146
Estan hermosos todos...parece mentira verlo a pepe!!
("cuasiamiga-argentina/bostoniana-de los-ultimos-dias...simepre me pregunto como me definirias en el blog!)
Ay, sí, es fuerte y difícil y heartbreaking. El desbarrancamiento deja de suceder cuando pensás que ahí empezaría, creo yo.
No conocía ese lado herido, tal vez ahí estaba y era yo que no leía con la suficiente atención, cosa que se me acentuó con la maternidad múltiple. Me da mucha ternura y empatía.
Besos y ánimos,
Yo creo que cuando uno es tan conciente del abandono sufrido por los padres, logra revertir la historia con sus hijos. Seguramente te equivocaras en algo, pero no tienen porque sentirse abandonados.
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