En el último km de mi corrida matinal pensé que me tengo que morir el 11 de mayo de 2070, ni un día mas ni un día menos, y llegar a ese día vivita y coleando. Es que vengo atrasada con mi proyecto de realización personal, sencillamente no me queda otra. Yo soy de los que dejan para mañana lo que pueden hacer hoy, siempre. Como regla general jamás empiezo nada en el primer tiempo.
Un verdadero desastre.
O tal vez no, porque en ese primer tiempo pienso mucho, le doy vueltas al asunto, y a veces las cosas tan pensadas son un homerun.
También claro me podría morir ahorita, caer fulminada arriba de la laptop, toda transpirada, con la pava en la hornalla. Estaría muy bien, especialmente por la parte del epitafio: Wanda, murió en felizlandia. No se porqué se considera de mejor gusto morir en las cimas y no en los valles de la vida. Supongo que es por los otros, así cuando nos duelan nos piensan felices y no arrancandonos los mechones en el medio de un período depresivo y les es mas fácil olvidarnos. No entiendo muy bien ese punto, no tiene mucha explicación.
Whatever.
En fin, aquí estamos planeando la casa número tres, que es la remodelación de la casa número uno. Ya tenemos tanta práctica que, al menos la parte del diseño, va rápido. Tenemos el baño y la cocina cocinaditos. Faltan detalles, pero lo principal está. Esta vez estamos diseñando más hacia lo funcional. El único detalle loco, por el momento, es que estamos empecinados en conservar el piso de hormigón rojo original. Eso significa pulirlo una vez mas y sellarlo. Porque no ponemos un buen piso de baldosas? Bueno, siempre es posible encontrar excusas. Los obsesivos somos muy buenos en ello.
Ahh, Pepe volvió a dormir mas o menos bien, o al menos venimos de un par de noches buenas.. La vida bien dormidos tiene otro color.
Un verdadero desastre.
O tal vez no, porque en ese primer tiempo pienso mucho, le doy vueltas al asunto, y a veces las cosas tan pensadas son un homerun.
También claro me podría morir ahorita, caer fulminada arriba de la laptop, toda transpirada, con la pava en la hornalla. Estaría muy bien, especialmente por la parte del epitafio: Wanda, murió en felizlandia. No se porqué se considera de mejor gusto morir en las cimas y no en los valles de la vida. Supongo que es por los otros, así cuando nos duelan nos piensan felices y no arrancandonos los mechones en el medio de un período depresivo y les es mas fácil olvidarnos. No entiendo muy bien ese punto, no tiene mucha explicación.
Whatever.
En fin, aquí estamos planeando la casa número tres, que es la remodelación de la casa número uno. Ya tenemos tanta práctica que, al menos la parte del diseño, va rápido. Tenemos el baño y la cocina cocinaditos. Faltan detalles, pero lo principal está. Esta vez estamos diseñando más hacia lo funcional. El único detalle loco, por el momento, es que estamos empecinados en conservar el piso de hormigón rojo original. Eso significa pulirlo una vez mas y sellarlo. Porque no ponemos un buen piso de baldosas? Bueno, siempre es posible encontrar excusas. Los obsesivos somos muy buenos en ello.
Ahh, Pepe volvió a dormir mas o menos bien, o al menos venimos de un par de noches buenas.. La vida bien dormidos tiene otro color.
1 comment:
vengo con delay pero hablando de hopper te dejo un regalito:
http://www.nytimes.com/interactive/2012/07/22/magazine/hopper-houses.html
besotes.
uralita
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