El tiro por la culata

Yo tenía unos amigos en NY a los que admiraba, o envidiaba, no se muy bien la diferencia. Tres cosas les admiraba slash envidiaba: que desayunaban y cenaban todos juntos, que el helado les duraba en el congelador dias y dias, y que hacian con mucha parsimonia un capuchino muy rico, y se sentaban juntos a tomarlo. Fue por eso que lo introduje a MM en el arte de tomar café. Hasta entonces el decía: que tiene de malo el café instantáneo, mucho más práctico.

Así que yo iba y le compraba cafes de Zambia y de Colombia y de El Salvador y que se yo que lugares, muy fair trade y orgánicos y toda la bola. Los traía recién molidos porque tampoco la pavada de molerlos en casa. También le compré un coso a pila para hacer leche con espuma, y otra french press, porque la que teníamos no le gustaba por una cuestión de tamaño (después tuve que defender con alma y vida la french press original, porque MM decia que habia que desprenderse de ella)

Cuestión que a MM no le gusto el coso a pila que le compré para espumar la leche, sino que la espumaba calentando la leche en una olla y batiendola el pincel de silicona que uso para la repostería. También pasó que a mi jamás me gustó el café que el preparó. Muy dulce y muy lechoso, y además preferia los granos de café con gustos raros, con gustos que yo no asocio con el café. Además la ollita de la leche la terminaba siempre lavando yo, y además siempre quedaba leche sobrante que había que tirar y no hay nada que me ponga de peor humor que tirar comida. En conclusión, nunca logramos tomar el capuchino juntos y en armonía como yo envisionaba.

Yo creo que el problema no radica en el café sino en que somos un matrimonio al que la charla no se le da con facilidad. A veces pienso que tendriamos que ir una vez por mes al psicologo de pareja a charlar un rato y listo, cumplimos con la charla mensual y a otra cosa. Es que tendemos a estar ocupados, por eso a veces emprendemos largos viajes, porque una vez atrapados en el auto no queda otra que charlar.

Aqui en Israel la gente todavia no entró en la pavada del café gourmet, aunque ya se ven las primeras señales de la invasión. Curiosamente Starbucks fracasó, pero hay una cadena de cafes llamada Aroma (que creo que está en la Argentina, si no me equivoco, con seguridad hay un Aroma en NY.....acabo de guglear y me entero que hay un Aroma israeli y un Aroma cafe argentino, que curioso! ). Una cosa que me causa mucha gracia es que en los cafes israelies uno puede pedir nescafé, se dice -nes, bebacashá- lo que para mis oidos extranjeros es gracioso, porque nes en hebreo significa milagro. (Y acaso no hay un cafe, el que viene cortado con una gotita de leche, en el jergon porteño, que se llama milagro?) Cuestion es que es gracioso pedir un cafe instantaneo en un cafe donde tienen una maquina de expreso. Despues estan los israelies que no pueden tomar otra cosa que el nescafé marca Elite, que tiene un marcado gusto a pesticida. No es que yo haya probado pesticidas, pero esa es la asociacion que me ofrece el cerebro. Como los argentinos que viajamos con el mate, estos israelies viajan con la latita de ese café instantaneo horroroso. Y lo curioso es que el otro dia, leyendo un artículo infinito en New Yorker sobre el café, me enteré que la cafeina es un pesticida natural.

Cuando hace tres meses llegamos a Israel nos olvidamos de la french press en Boston, ademas que andabamos cuidando el dinero hasta el último centavo como para comprar una en Beer Sheva (y ademas son difíciles de encontrar), asi que le propuse a MM que usásemos el sistema que se usaba en mi casa cuando éramos medio pobres: mi papa construia un colador de alambre y mi mama le cosia una media, o un trapo (entre otras cosas este sistema de colado de café esta de última moda en USA). El asunto es que aqui no hay mucha cultura del alambre y al final usamos un coso de plástico y una bombacha de Lulu que le quedaba chica. 

Pobre Lulu, la cara de asombro que puso cuando vió que su bombachita de kitty estaba en la mesada de la cocina cubierta de granos de café, y que para colmo había sido cortada en pedazos. No le dió un tantrum porque de verdad quedó anonadada. Yo me imaginaba contándole su problema a las maestras: mi papá me corta las bombachas para tomar café. Suena muy mal.

En esta visita le dije a MM que no se olvidase de traerse una french press, que yo no queria a la nena angustiada porque le cortan las bombachas para que el padre tome su café. Pero como siempre, entre que mucha pelota no me da, y que siempre llega al avión jadeando porque el deadline este o el otro, se olvidó de la french press,  asi que ahora otra vez volvimos a lo mismo, la única diferencia es que toma café colado con sus calzoncillos viejos.