Han pasado varios días sin escribir y se me han acumulado demasiadas aventuras. Es que me estoy levantando tarde, lo que es bueno. L. duerme 11 horas y yo 10, no está nada mal eh? Con interrupciones, de mi parte, claro está, pero nunca más de dos, así que me considero afortunada. Bueno, eso fué ayer, y estaba agotada, porque finalmente logré que me solucionaran el tema del seguro de salud y fuí a Beer Sheva a hacerle un control a Pepe, al que no lo controlé por más de un mes, y empezaba a ser un poco demasiado, aun para mi.
Me fuí en auto, lo que probablemente es ridículo, usar el auto para una sola persona y una sola actividad....aunque compré algunas cosas y también me daba más flexibilidad para esperar que me atendiesen (fuí sin turno) y llegar a tiempo para retirar a L. del jardín.
Estoy muy canchera con el auto, y eso que no es un auto, es un bote con ruedas. Es un subaru 95, de esos station vagon (motor nuevo, eso si), maniobrarlo es una hazaña, y ya se sabe, de lo único de lo que estoy verdaderamente orgullosa en mi vida es de saber manejar, y no es que sepa manejar muy bien, siempre voy un poco tensa, pero bueno, seguro que es lo opuesto, que al estar un poco tensa presto atención y manejo mucho mejor que los cancheros. Cuestión que fui, y lo estacioné, y después me atreví hasta a andar un poco por Beer Sheva.
Yo aprendí a manejar aquí, pero en ese entonces me compré un auto que se fundió a los pocos meses de haberlo comprado, así que nunca tuve oportunidad de manejar en Beer Sheva y siempre me pareció una hazaña de esas inalcanzables, así que lo de ayer (y lo del domingo, que también fuí) me sabe a como que taché una cosita de la lista cosas por hacer antes de morir. Es todo muy ridículo, sentirme orgullosa de haber andado por Beer Sheva después de haber entrado y salido de New York, pero bueno, bien que me sentí orgullosa cuando realicé la hazaña New York. Lo pondría en el curriculum en primer lugar.
La espera en lo del obstetra o ginecólogo fué muy graciosa e interesante. Por ejemplo, a mi izquierda espera una chica árabe, tal vez beduina. Lucía uno de esos delantales negros que se ponen, largos hasta los pies , con mangas abullonadas y decorados con diamantes, como diría L., esas piedras de vidrio que se compran en la mercería con dos agujeritos para coserlas a la prenda. Por supuesto el delantal negro estaba confeccionado en tela sintética 100%. Un día quisiera saber que se siente ahí dentro cuando el sol inexorable de Beer Sheva pega duro. También tenia ballerinas negras adornadas con strass y una cartera negra simil cuero con una aplicación tambien de strass. Pero lo que más me conmovió del atuendo es que la chica tenía un chador en una tela estampada imitación patchwork en tonos celestes, lo que combinado con los diamantes me pareció un detalle increible.
Y así podria seguir describiendo todos los atuendos, la moda israelí es algo que me fascina. Las israelies judías no religiosas se caracterizan por mostrar mucha piel, pero medio a lo que te criaste, tipo, se les ve el corpiño, la bombacha, a una embarazada se le veia la parte inferior de la panza, como que tienen aspecto de haber saltado de la cama y haberse tirado algo encima. Y claro, contrastan bastante con las chicas de los uniformes negros incustrados con diamantes. Después estan las israelies judias religiosas, claro está, pero me estoy cansando de hablar de moda.
Cuestión es que el doctor gritaba mucho, y desde afuera se escuchaba lo que hablaban en el consultorio, así que hubo dos momentos en que las que esperaban juzgaron que se estaban hablando pelotudeces en el consultorio y le golpearon la puerta. Ustedes lo pueden creer? Yo no, casi me muero de la risa interna. Hay una cosa israelí con los turnos, cada persona que llega pregunta siempre por los números de todos los que están esperando, entonces se establece una comunicación bastante particular entre los esperantes.
El médico dijo que Pepe estaba bien, pero cuando pronuncié las palabras mágicas ¨muerte intrauterina en el octavo mes¨ me mandó al hospital, mañana, donde también me dirán el tamaño de Pepe. Yo no sabía si mencionarlo o ocultarlo, pero bueno, lo mencioné, que se yo.
A la vuelta le compré a L. una escoba miniatura, y varias otras cositas, le estoy comprando muchas cosas, no se que pasa. Bueno, es que esta chica no tiene nada. No quiero que la vengan a visitar y que digan que no hay juguetes, aunque la verdad......para alcanzar los niveles de acumulacion de las otras nenas voy a tener que empeñar el alma. También me compré una piedra china para los pies, que estaban en un estado tan pero tan calamitoso, que ya era demasiado, inclusive para mi.
Una de las cosas que mas me gustan de Israel es la humildad de la oferta. Recorro las góndolas humildes del super y me encanta. Hay 10 tipos de shampues, no 200. En USA la góndola del pan era de una cuadra Y NO ESTOY EXAGERANDO. Por supuesto, todo es un aprendizaje, porque todavía no se me da muy bien la lectura del hebreo (y estoy trabajando en ello menos de lo que debería), por ejemplo, me compre un queso creyendome una genia, pero cuando llegué a casa descubrí que era uno de esos quesos reconstituidos, no hay nada que odie más. Pero me lo voy a comer, lentamente, no se como.
A la vuelta levanté a un muchacho soldado religioso que hacia dedo y que me explicó un poco que es lo que hacen en la ieshiva (dónde se estudia la biblia y su interpretación). No entendí mucho, pero toda la imagen, la de Wanda Wolf en su bote con ruedas, con su panza gigante enfundada en vestido de lunares de colores, levantando muchacho vestido de verde con quipa (ese panqueque que se ensartan el la capocha los chicos levemente religiosos) en este paisaje de fin del mundo me gustó mucho.
Siga así, Wanda, progresando en la vida.
Me fuí en auto, lo que probablemente es ridículo, usar el auto para una sola persona y una sola actividad....aunque compré algunas cosas y también me daba más flexibilidad para esperar que me atendiesen (fuí sin turno) y llegar a tiempo para retirar a L. del jardín.
Estoy muy canchera con el auto, y eso que no es un auto, es un bote con ruedas. Es un subaru 95, de esos station vagon (motor nuevo, eso si), maniobrarlo es una hazaña, y ya se sabe, de lo único de lo que estoy verdaderamente orgullosa en mi vida es de saber manejar, y no es que sepa manejar muy bien, siempre voy un poco tensa, pero bueno, seguro que es lo opuesto, que al estar un poco tensa presto atención y manejo mucho mejor que los cancheros. Cuestión que fui, y lo estacioné, y después me atreví hasta a andar un poco por Beer Sheva.
Yo aprendí a manejar aquí, pero en ese entonces me compré un auto que se fundió a los pocos meses de haberlo comprado, así que nunca tuve oportunidad de manejar en Beer Sheva y siempre me pareció una hazaña de esas inalcanzables, así que lo de ayer (y lo del domingo, que también fuí) me sabe a como que taché una cosita de la lista cosas por hacer antes de morir. Es todo muy ridículo, sentirme orgullosa de haber andado por Beer Sheva después de haber entrado y salido de New York, pero bueno, bien que me sentí orgullosa cuando realicé la hazaña New York. Lo pondría en el curriculum en primer lugar.
La espera en lo del obstetra o ginecólogo fué muy graciosa e interesante. Por ejemplo, a mi izquierda espera una chica árabe, tal vez beduina. Lucía uno de esos delantales negros que se ponen, largos hasta los pies , con mangas abullonadas y decorados con diamantes, como diría L., esas piedras de vidrio que se compran en la mercería con dos agujeritos para coserlas a la prenda. Por supuesto el delantal negro estaba confeccionado en tela sintética 100%. Un día quisiera saber que se siente ahí dentro cuando el sol inexorable de Beer Sheva pega duro. También tenia ballerinas negras adornadas con strass y una cartera negra simil cuero con una aplicación tambien de strass. Pero lo que más me conmovió del atuendo es que la chica tenía un chador en una tela estampada imitación patchwork en tonos celestes, lo que combinado con los diamantes me pareció un detalle increible.
Y así podria seguir describiendo todos los atuendos, la moda israelí es algo que me fascina. Las israelies judías no religiosas se caracterizan por mostrar mucha piel, pero medio a lo que te criaste, tipo, se les ve el corpiño, la bombacha, a una embarazada se le veia la parte inferior de la panza, como que tienen aspecto de haber saltado de la cama y haberse tirado algo encima. Y claro, contrastan bastante con las chicas de los uniformes negros incustrados con diamantes. Después estan las israelies judias religiosas, claro está, pero me estoy cansando de hablar de moda.
Cuestión es que el doctor gritaba mucho, y desde afuera se escuchaba lo que hablaban en el consultorio, así que hubo dos momentos en que las que esperaban juzgaron que se estaban hablando pelotudeces en el consultorio y le golpearon la puerta. Ustedes lo pueden creer? Yo no, casi me muero de la risa interna. Hay una cosa israelí con los turnos, cada persona que llega pregunta siempre por los números de todos los que están esperando, entonces se establece una comunicación bastante particular entre los esperantes.
El médico dijo que Pepe estaba bien, pero cuando pronuncié las palabras mágicas ¨muerte intrauterina en el octavo mes¨ me mandó al hospital, mañana, donde también me dirán el tamaño de Pepe. Yo no sabía si mencionarlo o ocultarlo, pero bueno, lo mencioné, que se yo.
A la vuelta le compré a L. una escoba miniatura, y varias otras cositas, le estoy comprando muchas cosas, no se que pasa. Bueno, es que esta chica no tiene nada. No quiero que la vengan a visitar y que digan que no hay juguetes, aunque la verdad......para alcanzar los niveles de acumulacion de las otras nenas voy a tener que empeñar el alma. También me compré una piedra china para los pies, que estaban en un estado tan pero tan calamitoso, que ya era demasiado, inclusive para mi.
Una de las cosas que mas me gustan de Israel es la humildad de la oferta. Recorro las góndolas humildes del super y me encanta. Hay 10 tipos de shampues, no 200. En USA la góndola del pan era de una cuadra Y NO ESTOY EXAGERANDO. Por supuesto, todo es un aprendizaje, porque todavía no se me da muy bien la lectura del hebreo (y estoy trabajando en ello menos de lo que debería), por ejemplo, me compre un queso creyendome una genia, pero cuando llegué a casa descubrí que era uno de esos quesos reconstituidos, no hay nada que odie más. Pero me lo voy a comer, lentamente, no se como.
A la vuelta levanté a un muchacho soldado religioso que hacia dedo y que me explicó un poco que es lo que hacen en la ieshiva (dónde se estudia la biblia y su interpretación). No entendí mucho, pero toda la imagen, la de Wanda Wolf en su bote con ruedas, con su panza gigante enfundada en vestido de lunares de colores, levantando muchacho vestido de verde con quipa (ese panqueque que se ensartan el la capocha los chicos levemente religiosos) en este paisaje de fin del mundo me gustó mucho.
Siga así, Wanda, progresando en la vida.
9 comments:
le golpean la puerta con el dorso de la mano, como diciendo "suficiente de pelotudeo"? después de eso guay con querer hacer charla chiquita una misma, no?
otra cosa. lamento tanto que no haya foto de esta escena. tenés que sacar de incógonito, dale!
eso mismo pensé yo: una vez que le golpeás la puerta al otro, perdiste tu oportunidad de charla chiquita. aunque me parece que no, si tenés el coraje de golpear la puerta, también de hablar de lo que se te cante, no?
es verdat, cronista. si te dio para golpear después te da para sentarte y gritar: ahora golpeame si sos guapa, que saco la listita y le hablo al doc hasta que las velas no ardan.
respecto de mi segundo comment: "incógonito", forjé una sobresdrújula.
oh qué buenos tus posts desde Israel. me encanta cuando contás de los israelies, conozco a uno, uno solo, trato de descifrarlo... y lo que vas contando concuerda con mis impresiones. en otro orden de cosas, te deseo lo mejor para la llegada de pepe. /d.
sigo tu vida wanda.
Habra llegado Pepe? que hay tanto silencio ... :)
Todavía no llegó Pepe.
Fascinada leyéndote desde México. Le doy gracias a una amiga que desde el Uruguay me recomendó leerte. Tu blog es una celebración de la vida. Me volví fan ipso facto. Aquí el mío, un tanto más intenso a la mala a veces, medio hormonal, mas no siempre.
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