Una de las costumbres en desuso que considero que debieran volver son las camas separadas para el matrimonio. (En realidad tambien soy partidaria de las casas separadas al estilo Frida y Diego, y en realidad si empienzo a escarbar creo que no soy partidaria del matrimonio, si bien me considero casada y feliz, anda a entender)
Por otro lado pienso si tuviesemos camas separadas, MM y yo dormiriamos unos 350 dias del años juntos y enmarañados, pero la opcion estaria ahi, libre y comoda, sin la carga dramatica y el quilombo de sabanas y almohadas y velador para leer y viste mi libro y decir con aire de Greta Garbo me voy a dormir al living.
Todo porque la eterna pelea del beso cuando llego de trabajar. Yo no puedo dar besos cuando llego de trabajar. Especialmente cuando andube sin parar un minuto 13 horas. Necesito tirarme de cabeza en la bañadera y sacarme algo de todo lo que traigo, todas las conversaciones, todas las cagadas, todo el torbellino que traigo en la cabeza.
Lo que no se da cuenta MM es que ese es el mejor signo de amor.
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