Empecé dieta, consiste en tratar de llevar un track de lo que como y dejar los chocolates y controlar un poco con las nueces y tratar de meter sopas y ensaladas y controlar las cantidades de pan con manteca. Me gusta mucho hacer dieta, me gusta porque me gustan las listas y los calculos de calorias, me gusta porque es un proyecto facil, barato y con satisfacciones bastante inmediatas, me gusta porque me da mucha energía. Me gusta porque la comida pasa a ser mucho mas rica, porque uno tiene hambre. Ahora, claro, todo este discurso y sin embargo mas de una vez empiezo dieta y no prospero ni un dia. Bueno, si salgo, o voy de visita me resulta casi imposible negarme a una torta o a algo rico, y si estoy cansada y necesito pensar en el laburo no me queda otra que llenarme de azucar e hidratos de carbono. A veces me agarra el insomio. Pero esta vez estoy muy positiva porque ultimamente no me angustio si no duermo. No hace mucho Pepe no me dijo dormir seguido por un par de dias y no paso nada, y le perdí el miedo a la falta de sueño. Y además hace ya una temporada medio demasiado larga que vengo durmiendo un promedio de 9 horas diarias, es demasiado. Que porque hago dieta. Bueno, viene el verano claro, y es la temporada donde me gusta coserme, y prefiero bajar cuatro kilos y no tener que aprender a coser para alguien con tanta curva. Luego esta el asunto bikini. Luego está el asunto de que quiero correr mas rapido, y seguro que con cuatro kilos medio podria hacerlo. Luego está el mandato social.
Este fin de semana Pepe prendió un fósforo. Estaba en lo de unos amigos, lo vi agarrar los fósforos, que le encantan porque le encanta el fuego, le prendí uno para que lo apagase y luego le dejé la cajita, jamás me hubiese imaginado que es capaz de prender un fósforo.
Luego ayer clavó un clavo en una madera.
Ayer le enseñé a ponerse pantalones. Ahora está super independiente con su pis y su caca. En el parque cada tanto aparece sin pantalones y es que hizo pis en algún arbol, también caca. Creo que le encanta hacer caca afuera. En fin, mis hijos siempre tienden al salvajismo, pero yo voy y junto y limpio, como si tuviese un perrito, no es tan grave y luego se civilizan. Pero insisto en que se vuelva a vestir, en la plaza, claro, en casa no me importa. El asunto es que no sabe vestirse, pero ayer me senté y le expliqué como ponerse pantalones y creo que entendió muy bien porque hoy se vistió solo. Creo que a Lulu no tuve que enseñarle esas cosas.
Ayer hice chicken dijon y se produjo una escena graciosa. Pepe y yo nos morfamos el pollo, nos relamiamos, chupabamos los huesitos mientras Lulu y MM nos miraban entre atónitos, asqueados y levemente divertidos. Al fin tengo alguien con quien compartir un pollo al horno.